Existen pocas sensaciones más desalentadoras que ir circulando de noche y, de repente, notar el destello de un flash de un radar de velocidad que ilumina el área. Las multas por rebasar el límite son, como mínimo, de 100 euros –con la posibilidad de reducirlas a la mitad si se pagan pronto–, pero pueden ascender hasta los 600 euros en el caso de que sea muy grave, como superar los 171 km/h en una vía de 120. Además, también pueden suponer la pérdida de entre dos y seis puntos de carné. El Ministerio de Interior está obligado a publicar la localización de los radares fijos en las carreteras españolas, que se puede consultar en la página de la Dirección General de Tráfico y tienen que estar señalizados con un cartel en las carreteras. Por otra parte, la organización tambén publica las zonas más frecuentes de los cinemómetros móviles, pero estos no están señalizados. Para este verano, y para combatir las tasas crecientes de mortalidad, la DGT anunció que reforzaría los controles de velocidad en las carreteras españolas, con 88 nuevos radares, la mayoría de ellos de tramo. Estos son considerados más justos que los de lectura instantánea, al velar por el comportamiento continuado del conductor, en vez de un momento que se puede disparar por una distracción al volante. Según un informe elaborado por la Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en 2022 –los últimos datos de los que se dispone– se produjeron 3.704.675 multas por exceso de velocidad, un 21% más que en el ejercicio anterior. De estos, casi 2,2 millones se detectaron por radares fijos y los 863.000 restantes, por móviles. Los dos que más multaron se encuentran en la autovía A-381 de Jerez de la Frontera a Los Barrios. Situados en los kilómetros 74,7 y 37,29, sumaron 147.850 multas, 79.529 y 68.321, respectivamente. Esto supuso que la media para cada uno fuera de 217 y 187 sanciones al día –posiblemente al mismo vehículo–. Teniendo en cuenta que la sanción mínima son 50 euros, solo estos dos dinamómetros recaudaron, como poco, 7,4 millones de euros. Tras ellos, se situaron el radar valenciano del kilómetro 326,4 de la A-7, con 50.387 sanciones; el malagueño del kilómetro 246 de la A-7, con 47.764 y el navarro de la A-15 (km 127,6), con 45.217. Mención especial tiene la M-30 madrileña, que con sus 15 radares fijos superó en 2022 las 137.000 multas y recaudó 14 millones de euros. Los radares se han criticado como medidas puramente recaudatorias, pero desde Tráfico insisten en su carácter disuasorio y en su eficacia a la hora de prevenir accidentes.