El sector financiero , que solo piensa en nosotros, sus clientes, ha decidido que lo mejor para el común es hacer deporte, mover esos músculos, menear el esqueleto. De esa manera, los que manejan nuestros escasos dineros han decidido cerrar progresivamente la red de sucursales en los municipios más pequeños y en los barrios de Córdoba. Ahora mismo, es más fácil tomarse un té chino con sabor a melón y queso (del gusto de los chinos hablaremos en otro momento) que conseguir cuarenta euritos para pagar, qué sé yo, los cuatro artículos de primera necesidad. El banco no lo hace por codicia, qué va, ni por la maldad de dar un servicio penoso a cambio de las comisiones más caras...
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