María Jesús Montero rompe el mutis sobre el gran elefante en la habitación: el cupo para Cataluña acordado entre el PSC y ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa hace casi un mes, el 29 de julio, y ratificado por las bases de Esquerra apenas cuatro días después, el 2 de agosto. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda lo niega ahora que el líder de los socialistas ya ha sido investido presidente de la Generalitat catalana: «Lo podemos denominar de todas las formas que cada uno quiera, pero ni es un concierto económico ni es una reforma al uso del sistema de financiación» catalán, ha afirmado en una visita al municipio gaditano de Rota. «Cada uno designa los acuerdos de la manera que cree conveniente», ha manifestado en clara alusión a los republicanos que desde un primer momento hicieron gala de que su preacuerdo en la Generalitat incluía un concierto fiscal para Cataluña al más puro estilo de País Vasco y Navarra. Pero nada más lejos de la realidad. La titular de Hacienda defiende que la fórmula pactada con ERC únicamente «profundiza en el autogobierno al que Cataluña aspira » y que tiene como «eje y núcleo» solidaridad interterritorial. Acto seguido, ha hecho Montero un llamamiento a una «absoluta serinidad» y a la «calma» en las regiones: «Que exista una financiación singular para Cataluña no supone ningún agravio con el resto de territorios. Siempre hemos dicho que es compatible el reconocimiento singular territorios con un modelo de fincnaición que sea justo para el conjumto del territorio», ha insistido. Lo ha hecho en contraposición al goteo de críticas de las últimas semanas respecto al pacto entre socialistas catalanes y republicanos y que llegan tanto de los partidos de la oposición como PP y Vox, como de dentro del propio Gobierno, concretamente de sus socios de Sumar, y lo que resulta más llamativo, de dentro del propio PSOE, ya que han sido muchas las federaciones socialistas -como la manchega, la extremeña o la asturiana- las que se han rebelado contra el pacto, argumentando que el principio de ordinalidad que se incluye pone en riesgo la solidaridad territorrial e incluso la autonomía fiscal del Estado. « Todo lo que el Gobierno impulse va a ser bueno para el conjunto del Estado español», ha proseguido, a la vez que ha recriminado todos esos «comentarios, interpretaciones y críticas que no se aproximan a la realidad de lo que se firmó». «La solidaridad firmada en Cataluña -insiste la vicepresidenta- consiste en hacer homologables los servicios públicos en el conjunto del territorio y es la misma que ha presidido históricamente todos los modelos de financiación autonómica». Y « cualquiera que intente mentar contra estos principios o a cuse al Gobierno de atentar contra estos, miente «. Se ha referido así a los PP, acusándoles de haber de la confrontación con Cataluña »el eje de su política a lo largo de todo el territorio« y de no tener »ni una sola propuesta para ayudar a normalizar las relaciones con esta parte«: »No hay propuesta alternativa de modelo de financiación«, sentencia. «La solidaridad está en el núcleo y en el ideario del acuerdo entre ERC y el PSC», ha insistido una vez más la ministra de Hacienda desde Cádiz. En este sentido, opina la vicepresidenta que el pacto «arroja una nueva mirada sobre la financiación autonomica que puede tener interés para el conjunto del territorio», dado que este abordaje no puede hacerse, ha dicho, «sobre esquemas antiguos». «Sería bueno cambiar la mirada» , ha dicho a la vez que ha «invitado» al resto de comunidades autónomas a que se «inspiren» en el acuerdo catalán para «poder explorar otras rutas que permitan satisfacer las demandas de autogobierno que tienen todos los territorios sin que implique quebrar la solidaridad».
