El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha invitado al papa Francisco de manera «efusiva» a viajar a España «para conmemorar el 40 aniversario de la visita de Juan Pablo II a Zaragoza». El pontífice polaco estuvo en 1984 -por segunda vez- en una escala de 16 horas al comienzo de su viaje a República Dominicana y Puerto Rico. Su único destino fue la capital de la comunidad, donde estuvo rezando a la Virgen en la Basílica del Pilar. Sobre la propuesta, Azcón ha manifestado que Francisc o «es consciente de que tiene pendiente visitar España» y ha asegurado «que lo tiene previsto, que quiere ir». Sin embargo, en este encuentro en el Vaticano , el papa ha transmitido al dirigente político que dejará las visitas a los países grandes para «más adelante, porque quiere empezar por los pequeños». Se trata de algo que, desde que el principio, el pontífice ha dejado claro cuando le han preguntado por sus viajes . De hecho, ha reiterado en varias ocasiones que ha ido a ciudades europeas para participar en eventos concretos sin considerarse visitas apostólicas al país. Por ejemplo, Marsella, en 2023, para participar en los Encuentros Mediterráneos o Fátima, en 2017, por el centenario de las apariciones de la Virgen. Estas no se consideraron viajes de Estado a Francia o Portugal. En el encuentro, el cual el presidente ha calificado d e «especial desde el punto de vista personal» , no han entrado a hablar de política española, pero sí internacional: «Hemos hablado de lo que está ocurriendo en Venezuela, de un resultado de las elecciones que no se está respetando y sobre la dificultad de saber cómo va a acabar lo que está ocurriendo». Sobre esto, Azcón ha subrayado que Francisco «es absolutamente sensible » a lo que está sucediendo con el pueblo venezolano. «Que no haya democracia plena; que en Venezuela hoy no se respete el resultado de las elecciones, no va a mejorar la vida de la gente, y eso, evidentemente, le preocupa al papa, porque al papa lo que le preocupa son los problemas cotidianos de todas las personas del mundo», ha apuntado el presidente de Aragón. Además, el mandatario ha recordado que la Virgen del Pilar no es solo de su «tierra, de la comunidad autónoma, sino que es la Virgen de la Hispanidad». Por eso, ha evidenciado que sienten «muy de cerca los problemas que ocurren en Hispanoamérica». En ese sentido, la delegación aragonesa, compuesta además por el arzobispo de Zaragoza y la alcaldesa de la ciudad, ha regalado al papa detalles muy vinculados a la región. Entre ellos, un manto bordado a mano con el escudo del pontífice que atestigua la devoción a la Virgen del Pilar y simboliza el abrazo de los aragoneses en el anhelo a su visita. Por otro lado, una publicación manuscrita del padre Jesús María Alemany, presidente de honor del Seminario de Investigación para la Paz -que cumple 40 años de su fundación- y amigo personal del Papa . Ambos estudiaron juntos en 1970 en el Colegio de San Ignacio de Alcalá de Henares y son compañeros de promoción.
