La ausencia de Kate Middleton (42 años) en los Juegos Olímpicos París 2024 ha generado un sinfín de rumores y especulaciones. Aunque se esperaba que ella y su esposo, el Príncipe Guillermo (42 años), hicieran una aparición para apoyar a la delegación británica, la pareja ha optado por mantenerse lejos de los focos. Mientras tanto, en su residencia oficial, Adelaide Cottage , se enfrenta a uno de los momentos más complejos de su vida matrimonial y personal. La falta de presencia de Kate en un evento de tal magnitud ha levantado las alarmas entre sus seguidores y la prensa, especialmente considerando su breve reaparición en eventos como el Trooping the Colour y la final masculina de Wimbledon . Este prolongado retiro de la vida pública ha dado pie a especulaciones sobre su estado de salud, ya que según fuentes cercanas, Kate sigue en plena recuperación tras ser diagnosticada de cáncer a principios de año. Aunque los tabloides afirman que no hay motivos para preocuparse y que la familia está disfrutando de un periodo de descanso en su residencia, la ausencia de Kate en París sigue generando interrogantes. Además, han salido a la luz detalles inquietantes sobre la relación de los Príncipes de Gales. Según el biógrafo real Tom Quinn , fuentes cercanas al Palacio de Kensington aseguran que Kate y Guillermo, aunque han sabido mantener una imagen de matrimonio perfecto, enfrentan «terribles peleas» en la intimidad. Estas disputas, aunque controladas, muestran un lado menos conocido de la pareja. A diferencia de otros miembros de la realeza, como el Príncipe Harry (39 años) y Meghan Markle (43 años), quienes protagonizan enfrentamientos más intensos, Kate y Guillermo optan por resolver sus conflictos de manera peculiar, con lanzamientos de cojines en lugar de objetos más pesados. Esta forma de discutir ha sido interpretada como una manera de evitar que las peleas se intensifiquen, pero no deja de evidenciar las tensiones internas que atraviesan. En este contexto, la pareja ha decidido centrar sus esfuerzos en el bienestar de sus tres hijos, George (11 años), Charlotte (9 años) y Louis (6 años). A pesar de los rumores sobre un posible cambio de escuela para el Príncipe George, se ha confirmado que continuará su educación en la Escuela Lambrook, junto a sus hermanos, al menos por los próximos dos años. Esta decisión refuerza la idea de que los Príncipes de Gales buscan proteger a su familia en medio de la tormenta mediática y los desafíos personales. En un intento por recuperar la normalidad, la pareja real ha reducido la jornada de sus empleados domésticos y se han involucrado directamente en la educación y cuidado de sus hijos. Esta decisión, sin embargo, no ha sido suficiente para acallar las especulaciones sobre el estado real de su matrimonio. Mientras el mundo sigue atento a la reaparición pública de Kate y a los próximos pasos de la familia real, la situación en Adelaide Cottage refleja un año lleno de desafíos para los futuros reyes de Inglaterra. Aunque intentan mantener una fachada de normalidad, los rumores sobre su relación y la salud de Kate continúan alimentando los tabloides. La esperanza de sus seguidores es que, tras estos meses difíciles, la Princesa de Gales recupere su salud y ambos puedan afrontar juntos las responsabilidades que les esperan como futuros monarcas.
