En todos los Juegos Olímpicos hay estrellas, de las consagradas y de las que se hacen en esos veinte días de deporte. Yusuf Dikec es uno de este segundo grupo. Porque pocos lo conocían, pero se ha hecho archifamoso en este París 2024. No solo por su medalla de plata en tiro de precisión, sino por su presencia. En un deporte en el que cada milímetro cuenta, el turco parece un tipo que, simplemente, pasaba por allí. Cierra un ojo, sí, pero desprende por lo demás la sensación de que no se lo toma demasiado en serio. Como despreocupado, con la mano izquierda en el bolsillo, como si esto lo hiciera todos los días, como si no le importada nada. Y quizá por ello consiguió la medalla de plata. Sin quererlo, se ha convertido en un icono, pues esta forma de ser ha cautivado a los aficionados y también ha generado comentarios en la Villa Olímpica, donde muchos de los deportistas han copiado su forma de tirar para celebrar sus propios éxitos. Mondo Duplantis fue uno de los que se ha apuntado a la moda. Después de conseguir el récord olímpico con un salto de pértiga de 6,25, se inmortalizó con la mano izquierda en la cadera y la mano derecha imitando la pistola. También el lanzador de disco jamaicano Rojé Stona celebró su oro en la misma posición, poniendo como diana de su disparo la campana que los atletas hacen sonar que son campeones olímpicos. Después de salir de los diez kilómetros de maratón acuático por el revuelto Sena, los húngaros Kristof Rasovzsky, que fue oro, y David Bethelem, bronce, realizaron el mismo gesto que el tirador turco. Y la saltadora de pértiga Nina Kennedy también lo celebró de esta forma.
