El Gobierno laborista del Reino Unido, con el primer ministro, Keir Starmer , a la cabeza, ha alcanzado este verano unas cifras récord de descenso de la inmigración, lo que ha sido posible gracias a que ha mantenido la restricción de no otorgar visas a los familiares de las personas que las solicitan para trabajar en salud y asistencia y para estudiar , una medida expeditiva que fue aprobada por el anterior Ejecutivo conservador. En su noticia publicada ayer, el diario británico 'The Times' detallaba que el número de trabajadores y estudiantes extranjeros que reclaman visas ha descendido de manera «marcada». En ese sentido, concretaba el periódico, las solicitudes de visa para trabajar en trabajos cualificados, para trabajar en asistencia y salud y para estudiar en el Reino Unido, tres de los tipos más reclamados, descendieron un tercio en julio respecto al año anterior. En total, se pasó de 143.000 solicitudes en 2023 a 91.300 solicitudes en 2024. En julio de este año, 2.900 personas solicitaron la visa para trabajar en asistencia y salud, una caída del 82% frente al año pasado; y 69.500 pidieron la visa por temas de estudio, con un descenso del 15%. Con esos datos, recordaba 'The Times', el Gobierno laborista ha señalado que no tiene por el momento la intención de acabar con las restricciones . Si la tendencia continúa así, el Ejecutivo de Starmer podrá presentar más adelante unas cifras migratorias más bajas que en otros años. La cuestión migratoria fue una de las más candentes para el anterior Gobierno conservador, pues la publicación de datos oficiales cuestionó las políticas llevadas a cabo para contener las llegadas de inmigrantes, una de las grandes banderas de campaña abrazada por los 'tories' y uno de los motores del voto a favor del Brexit. De hecho, la corresponsal de ABC en Londres, Ivannia Salazar , publicaba hace unos meses los elevados datos migratorios anunciados por las autoridades británicas, que mostraban que la inmigración neta -es decir, la diferencia entre llegadas y salidas de extranjeros- se había elevado a 745.000 personas en 2022 , con alrededor de 45.000 inmigrantes que habían llegado al país de forma irregular a través del canal de la Mancha. Sin embargo, desde el Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford, una fuente citada por 'The Times', se alertaba de que el descenso podía favorecer al Gobierno de cara a la opinión pública que reclama un mayor control de la inmigración en el país , pero también provocar problemas, como un descenso de trabajadores cualificados y una crisis de financiación en las universidades. El anuncio llega en una semana de especial tensión para el Reino Unido, por las protestas antiinmigración que se han extendido por el país.
