Eclipsada por el récord del mundo de Sydney McLaughlin y la sorpresa de Tebogo al ganar los 200 metros, la final de lanzamiento de jabalina debe reivindicarse como una de las de mayor calidad del programa de atletismo de estos Juegos . Y además con una carga emotiva que hace más valioso el triunfo de Arshad Nadeem con una marca de 92,97 metros que supuso un nuevo récord olímpico . Por un lado, el pakistaní se ha convertido en un héroe en su país al lograr un oro después de 40 años de espera, el primero en lograrlo en atletismo. Y por otro, porque lo hizo por delante de Neeraj Chopra y en Pakistán se ha vendido como un logro nacional ante la India. «Bravo Arshad. Has hecho historia. Has hecho que toda la nación se sienta orgullosa», escribió el primer ministro, Shehbaz Sharif, mientras el presidente paquistaní, Asif Zardari, compartió en un comunicado que «la victoria de Arshad Nadeem es la victoria de toda la nación». El problema es que en este momento de gloria, las instituciones pakistaníes han olvidado dos detalles, que Nadeem tuvo que pedir ayuda económica para preparar los Juegos e incluso comprar una nueva jabalina (una profesional cuesta entre 2.000 y 3.000 euros), y que Chopra, además de su principal competidor, es su amigo . «La rivalidad estaba ahí, de eso no hay duda. La gente de cada país estaba ansiosa por vernos a los dos lanzar la jabalina y vencernos mutuamente. Estoy muy contento de ver a Chopra ganar la medalla de plata», declaró Nadeem a la prensa de su país tras lograr el oro. El que se ha encargado de salir al paso de los elogios de los políticos para poner en valor el esfuerzo de Arshad ha sido su padre Muhammad, que en medios de Pakistán dijo que «la gente no tiene idea de cómo llegó Arshad a París. Cómo sus compañeros del pueblo y familiares solían donar dinero para que pudiera viajar a otras ciudades para su entrenamiento y eventos en sus primeros días». Pakistán, un país donde el cricket acapara toda la atención deportiva, envió a siete atletas a los Juegos Olímpicos, y Nadeem tuvo que trabajar duro para poder estar en las mejores condiciones en la gran cita. De hecho, su padre recordaba los problemas que vivió cuando ya no podía controlar en los entrenamientos su jabalina e hizo una solicitud al gobierno para comprar una nueva que no tuvo respuesta . Nadeem explicó la situación y un atleta mostró su total apoyo para aportar dinero y que el lanzador pakistaní pudiera adquirir una nueva jabalina. Ese atleta era Neeraj Chopra, su gran rival ayer en la final olímpica. Además, Nadeem contó antes de viajar a los Juegos todos los problemas que había encontrado en su camino olímpico. No era solo la jabalina. No tenía medios para participar en las grandes reuniones de la Diamond League y necesitaba dinero para acudir a Sudáfrica a entrenar para prepararse para los Juegos, porque el estadio donde se entrenaba en Pakistán se cierra durante la temporada de la Superliga . Demasiados obstáculos que gracias a la ayuda recibida le permitieron llegar al Stade de France al nivel que se pudo ver. En declaraciones al Financial Express de India, la madre de Neeraj Chopra, Saroj Devi, estaba encantada con la medalla de plata de su hijo, pero también mostró admiración por Arshad, al que definió como «mi hijo» pese a la rivalidad entre sus países. «Estamos muy contentos con la plata, el que obtuvo el oro también es nuestro hijo, no hay diferencia entre Neeraj y Nadeem. Tenemos oro y plata». La diferencia es que ahora Nadeem Arshad es un héroe en Pakistán y el jabalinista va a sacar rédito de ello. El gobierno de Sindh ha anunciado una recompensa de 50 millones de rupias (545.000 euros) para su deportista , lo cual supondrá un cambio de vida radical para Arshad, que podrá olvidar sus penurias económicas y convertirse en lo que es, el mejor lanzador del momento que con esa marca y ese título olímpico tendrá las puertas abiertas para disputar las mejores competiciones del planeta. Y siempre coincidiendo con Chopra, su amigo y el rival que le hace crecer como deportista.
