Esquivo como el trancurso del río Guadiana a la vista de su espectador. Así podría calificarse el tratamiento informativo que se está ofreciendo respecto al tramo final del acuerdo por el aprovechamiento del agua del embalse de Alqueva , que cerraría décadas de tensiones entre España y Portugal por el cada vez más preciado líquido elemento. Si el pasado martes la ministra lusa de Medio Ambiente, María Da Graça Carvalho, fijaba en el 26 de septiembre el inicio de la senda común entre países a cuenta del agua en este punto del Alentejo, ayer el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) desmentía la información tal y como había trascendido. Según pudo saber ABC, lo único que confirma el Ejecutivo nacional es que los dos países están «trabajando intensamente para encontrar una solución beneficiosa para todos, que atienda a las necesidades de agua de ambos lados de la frontera, siempre con el mayor respeto al entorno y al medioambiente». Que la meta esté cerca es más un anhelo de agricultores y regantes que una promesa del Ministerio, pese a que «tanto el Gobierno de España como el de Portugal somos conscientes de que este es un problema que viene de lejos», recuerdan. El desmentido por tanto es parcial, y podría centrarse únicamente en el día prefijado por Portugal o en la cuantía anual que al parecer satisfaría España, los dos millones que en anteriores comunicaciones oficiales lusas servían para cuantificar la «deuda» patria hacia el país vecino, calculada en base a las tarifas vigentes y el volumen de agua captado del embalse de Alqueva. En las recientes declaraciones de Carvalho, la ministra portuguesa aseveraba que España estaba dispuesta «a pagar lo que nos debe por el agua de Alqueva» y a «resolver problemas». Valoración propia y ajena La propia subdelegada del Gobierno en Huelva, María José Rico, valoró ayer en la cadena SER el supuesto acuerdo como «una apuesta decidida por las infraestructuras hídricas» y para intentar proporcionar «el agua que necesita Huelva». Lo llamativo es que aludiera al hecho como una realidad y no como una cuestión con resolución sine die. Horas después sería el presidente de la Diputación onubense, David Toscano, el que aplaudiría que «por fin» se hubieran acercado las posturas, algo que «se llevaba mucho tiempo reclamando», pero con matices, pues ve «una solución a corto plazo y no la definitiva que Huelva necesita», la que a su juicio sí sería acabar la presa de Alcolea. Por su parte, fuentes de la Consejería de Agricultura, que conocieron la noticia y el desmentido por la prensa, pidió al Miteco que «ante este o cualquier otro hipotético acuerdo, se explique de dónde saldría el dinero, pues si supone un cargo para los agricultores andaluces, que se negocien las mejores condiciones para ellos». La rotundidad de la fecha Lo que más ha llamado la atención del proceso de comunicación es que la ministra portuguesa haya precisado con tanta exactitud que la firma tendría lugar el 26 de septiembre. «En esas fechas se va a celebrar en Aranjuez la conmemoración de los 25 años del Convenio de Albufeira, en el que se van a incluir por fin Bocachanza I y II. Posiblemente se haya mezclado el contenido a tratar a finales de septiembre», explica Jorge Forné, presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes de Huelva (Huelva Riega). Aunque parezca la misma cuestión, lo que sí está cerrado, para su firma en septiembre —se contaba con que fuera una realidad en abril— es el aprovechamiento del tramo internacional del río Guadiana, tema que se asegurará al incluir en el Acuerdo las citadas estaciones de bombeo. «Es incomprensible que no estuvieran ya anexionadas, pues la I es incluso previa a la creación del Convenio, de 1998», añade Forné. Bocachanza II aún no ha tomado cuerpo, si bien viene figurando «en sucesivos planes hidrológicos desde el año 2001». El tramo internacional es el que queda comprendido entre Pomarao, Bocachanza y el estuario fluvial. El embalse de Alqueva, de unos 4.000 hm3 de capacidad, está situado a 100 kilómetros al norte.