Con la llegada del verano, no son pocas las ciudades y pueblos que se transforman en los escenarios perfectos para acoger festivales de música . Los ritmos de los distintos grupos se mezclan con el ambiente estival, el calor del sol y la energía de la multitud, haciendo de estos eventos un escape de la rutina y una celebración de la diversidad cultural. Uno de los festivales más multitudinarios tanto en el P uerto de Santa María como en Sevilla , es el Puro Latino Fest . Por norma general, suele ser, al igual que el resto de festivales, un lugar de disfrute y desconexión para los amantes de la música. Sin embargo, en ocasiones, también incluyen ciertas «actuaciones» no tan disfrutables: es habitual que los organizadores impongan algunas condiciones abusivas a los asistentes y que deban aceptarlas si quieren asistir. Por esta razón, l a Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado ante las autoridades de consumo los abusos en este tipo de eventos, que han afectado a un total de 444.000 personas solo en el Puro Latino Fest: 145.000 en el Puerto de Santa María, 115.000 en Sevilla, 70.000 en Arganda del Rey, 70.000 en Torremolinos y 44.000 en Almería. Además del Puro Latino Fest, hace unas semanas , la OCU ya había denunciado ante las autoridades de consumo de sus correspondientes comunidades autónomas al B ilbao BBK Live y el Fortaleza Sound (Lorca) . Ahora incluyen a esas denuncias a otros cuatro conocidos festivales al aire libre: el FIB (Benicàssim), el Monegros Desert Festival (Fraga), el Sonórica (Castro Urdiales) y el Zevra Festival (Cullera). En total y según la organización, han sido casi 950.000 las personas afectadas por las irregularidades con la venta de entradas, pero se han identificado varias malas prácticas relacionadas con otro tipo de abusos. Según la OCU, las razones principales para llevar a cabo la denuncia han sido la prohibición de llevar comida y bebida del exterior , para asi obligar a consumir los productos del interior del festival con precios más elevados. También han tenido en cuenta el cobro de una tasa para poder poder recuperar el saldo restante en las pulseras cashless . En todos los festivales que han sido denunciados, te cobran una comisión de entre 2 y 3 euros para poder recuperar el saldo que te quede en la tarjeta, un medio de pago obligatorio que limita, además, el derecho a pagar en efectivo. Es más, a veces se impone un plazo de unos pocos días para reclamar la devolución (5 días en el FIB), superado el cual perderías el dinero y el promotor se lo queda. También pueden cobrarte una tasa por salir del recinto del festival y volver a entrar . Esto ocurre en el FIB, el Fortaleza Sound, el Puro Latino, el Zevra Festival y el Monegros Desert Festival. Y te puede costar hasta 25 euros. Es otra mala práctica bastante común que no responde a ningún servicio adicional, pues el control de aforo es inherente a la organización del evento. De hecho, según la OCU podría considerarse una retención ilegal. Desde la organización piden que imponganl las sanciones correspondientes y que obliguen a los promotores a devolver los importes que hayan cobrado indebidamente.