Alvaro Martín y María Pérez eran todo felicidad al finalizar el relevo mixto. «Hemos logrado la triple corona, como decía María, y es increíble, hemos vivido muchísimas competiciones juntos y se nos dan las cosas bien nuntos», ha explicado el marchador extremeño. «Esto parece un matrimonio ya» , ha añadido María. «Era la última medalla que nos faltaba y es un ciclo que se cierra, esos abrazos que comenzaron en Berlín, seguido de Budapest y nos faltaba este oro que hemos logrado». Una medalla de oro que conlleva una reivindicación. « Esto es un trabajo de toda la marcha española que se merece una alegría y un respeto », ha declarado la marchadora andaluza , quien se ha referido a los cambios de distancia que se han producido en la marcha en los últimos tiempos y que no han contentado precisamente a los atletas españoles. «Hemos vivido momentos difíciles tras la eliminación de los 50, nos hemos enterado tarde de los cambios para esta prueba y si en España no se lucha por la marcha se van a perder medallas y finalistas, y nos merecemos un respeto por los entrenadores y por la nueva generación de marchadores. Parece que somos los malos, que siempre nos quejamos, pero no nos quejamos de los cambios de distancia sino de la forma de proceder, hemos tenido poco tiempo para preparar y lo que reivindicamos es una prueba larga, como había antes», han reclamado los dos campeones olímpicos. Álvaro ha explicado que esta reclamación tiene como destino «a todos los estamentos, a nivel nacional, europeo, internacional... Tenemos que empujar entre todos por la marcha». María, por su parte, ha dicho que «ahora tenemos la palabra para hablar de este tema porque además tenemos una grandísima cantera y entrenadores. Todos los niños que vienen detrás se merecen ese respeto por la marcha». En cuanto al desarrollo de la prueba, Álvaro Martín ha confesado que « habíamos hablado que yo tenía que hacer el trabajo sucio en la tercera posta para dejarlo lo más claro para María , pero ella tiene muchísima más calidad que yo y en los kilómetros finales le iba diciendo que ya estaba, que era suficiente, que no apretara más, pero ella ha disfrutado a su manera. Es un orgullo vivir esta experiencia». En meta, María ha confesado que el abrazo con Álvaro se ha demorado «porque teníamos que esperar a que entrara la tercera mujer». Después ha llegado ese emotivo reencuentro y ha confesado que «teníamos preparada una botella de champán que era mía, para tomarla tranquilamente en la habitación, pero me la ha hecho sacar el colega y me la ha tirado por todo París así que esta noche le toca invitar», ha dicho entre risas. «Esta noche vamos a quemar París» , ha sido el grito de guerra de dos campeones olímpicos que han hecho historia para el atletismo español.
