A Juan Espadas no le van a perdonar los suyos que haya entregado, con su ciega adhesión obediente a Sánchez, la mayor federación socialista a los intereses del independentismo catalán. Al PSOE andaluz se le ha quedado muy grande y vacío el granero tras perder la Junta de Andalucía primero y un buen número de ayuntamientos después. Los resultados de las europeas reactivaron los cenáculos del partido donde sotto voce se organizan los que piensan que Espadas no es el líder que necesitan. Pero la reacción sumisa de Espadas ante la negociación bilateral de Sánchez con ERC, y el voto a favor junto a María Jesús Montero en la Ejecutiva Federal a las cesiones del pacto catalán, rebosan el vaso...
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