La prueba se desarrolla extramuros de París, como corresponde a una disciplina excluida del catálogo de un COI más atento a la comercialización de sus ofertas –estreno inminente del 'breaking'– y al rejuvenecimiento de su público que a la competición –también puramente física: género y raza– que vertebra el actual debate del progreso de Occidente. El 'laissez faire' del COI ante las hechuras y los mandobles de la virago conocida como Imane Khelif , persona racializada y sexualizada en la que de forma excepcional convergen estas dos variables identitarias, revela la indiferencia de la autoridad competente para asuntos olímpicos frente a la trascendental crisis de valores y contravalores que tanto nos distrae. Volvemos a una prueba que, fuera de París,...
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