«Se busca personal de sala y de cocina. Abstenerse vagos. Yo con la paguita mi conformo. Mi abuela se ha muerto tres veces. Me duele el pie y cojo la baja tres semanas...». Una oferta laboral de estas características ha vuelto a poner al pie de guerra a los profesionales de la hostelería . El valenciano Jesús Soriano , erigido en defensor de los derechos de los camareros españoles a través de sus cuentas oficiales en las redes sociales, ha vuelto a denunciar la estigmatización de este colectivo de trabajadores con una nueva oferta de empleo que se ha viralizado con cientos de miles de reproducciones. Aunque posteriormente desapareció el rastro del mensaje inicial del bar en cuestión, el mensaje difundido por Soriano a través de Soy Camarero ha vuelto a abrir el debate sobre la supuesta falta de mano de obra en el sector y los presuntos motivos del personal para no aceptar los trabajos. Todo ello en plena temporada alta de verano y con el turismo , especialmente el extranjero, batiendo récords en España. «Se respira un ambientazo en este trabajo» . De esa forma no exenta de ironía abría el debate Soriano en el post en el que se adjuntaba la oferta de empleo de un bar de Valencia en la que se indicaba que se abstuvieran de presentarse aquellos que «están de depresión pero se van de fiesta», tienen «muchos bolos» o incluso si les ha «subido el azúcar». El mensaje de Soy Camarero lleva a la hora de redactar estas líneas cerca de 300.000 reproducciones y ha generado un aluvión de comentarios que resumen el sentir de un sector, el de los profesionales de la hostelería, «indignado con este tipo de ofertas laborales». En otro ejemplo, un local distinto reclama a los aspirantes a encontrar un trabajo en su restaurantes que se «abstengan las estrellitas creativas y los primas donnas». En el fragor del debate , un internauta sostiene que «lo mismo si pagan salarios decentes, con el horario legal y condiciones buenas no tienen problemas con los trabajadores, ya que los márgenes comerciales en hostelería dan para eso». Aunque no todo el mundo defiende a los camareros. Algunos rompen una lanza a favor de los empresarios de la hostelería que lamentan los problemas para encontrar personal cualificado: «Yo lo que veo es que hay pocas ganas de trabajar y cualquier excusa es buena para no hacerlo».
