Aprovechar la riqueza natural de Galicia y convertirla en riqueza social. Es la premisa bajo la que este año nació Recursos de Galicia (RDG), una sociedad mixta con participación de la Xunta y 32 empresas gallegas que centrará su actividad en aprovechar recursos naturales como el viento, la minería o el agua, en los que la Comunidad puede situarse a la vanguardia, asegurando que repercutan en la economía local. Así lo explica en conversación con ABC su consejero delegado, Emilio Bruquetas (Santiago, 1974), licenciado en Ciencias Empresariales y antiguo director general de Reganosa. —¿Por qué se plantea RDG como la respuesta para generar valor en Galicia? —La participación público privada es una fórmula de éxito en el sector de la energía desde hace muchísimos años en Europa, en España y en Galicia. Pero lo que es muy particular de RDG es cómo se ha conformado ese 70%. Son 32 empresas que suponen alrededor de un 14% de PIB de la Comunidad, cuya fuente fundamental de ingresos no es la obtención de energía y que tienen una capacidad de entendimiento de lo que es la economía gallega muy elevada, que se transmite a la propia sociedad. Por otra parte, la parte pública, con un 30%, vela por el interés general y porque se cumplan las políticas industriales. Y es una fórmula ágil que permite ir con los tiempos. Y estamos en un momento de emergencia climática, donde no podemos esperar. —Dice que el contexto ha cambiado, ¿cómo? —Yo creo que el marco geopolítico a nivel mundial ha cambiado, de manera drástica y de la forma más dura posible. Y ha cambiado a las puertas de Europa, con una guerra en el propio continente. Yo creo que eso nos ha llevado a reflexionar como sociedad, y muchas cosas que creíamos que estaban garantizadas no lo están tanto. Ese es uno de los motivos por los cuales Europa vuelve a poner el foco en qué minerales tengo, qué recursos tengo. Y aquí Galicia tiene una enorme oportunidad. Tenemos una riqueza de minerales estratégicos importantes, tenemos riqueza en recursos renovables y también tenemos riqueza en talento y en conocimiento, además de universidades muy potentes. Tenemos los ingredientes básicos para ser medalla de oro en esto. Tenemos una grandísima oportunidad como comunidad y lo tenemos que hacer bien. Y RDG ha venido para hacerlo bien. —¿Diría que estamos en un momento clave, en el que o se toma acción, o uno se queda atrás? —Desde un punto de vista de cambio energético, no hay duda. Además, tenemos un recurso potente, que es más económico, que es verde, que ayuda a descarbonizar la economía y hacer a las empresas más resilientes y sostenibles. Entonces, no es sólo que 'o damos este salto o nos quedamos atrás'; es que tenemos la oportunidad de poder darlo desde una posición ventajosa. Y creo que sería malísimo desaprovecharlo. En RDG estamos trabajando para las generaciones futuras. Tenemos los pies puestos en este año, pero nuestro horizonte es 2050. —Hay industrias, como la minería pero también la eólica, que se enfrentan a un déficit de confianza por parte de la sociedad, pero también a cierta inseguridad jurídica. ¿Cómo hacen frente a esto? —Desde un punto de vista de seguridad jurídica, creo que el marco europeo y todos los desarrollos normativos a nivel europeo también empiezan a dotar de seguridad jurídica adicional a todo lo que es la extracción de minerales críticos en Europa. Dicho esto, Galicia también está siendo pionera con la Ley de Recursos Naturales, y haciendo los deberes para que esos proyectos cumplan con todos los criterios ambientales y de restauración que son exigibles hoy en día. Por ejemplo, cuando RDG analiza un proyecto minero, lo primero es que sea del siglo XXI [...] y asegurar que sean las mejores prácticas desde un punto de vista de sostenibilidad ambiental y de control ambiental. Lo segundo, es cómo podemos repercutir la riqueza de esos desarrollos mineros en la sociedad, que tiene que beneficiarse de ellos. —Entre los recursos que plantean para crear valor en el territorio, quizás del que más se habla es de la comercializadora de energía. ¿Cuando estará funcionando? —Estará operativa antes de final de año, ese es el plan. La comercializadora está para llevar volúmenes de energía más baratos y más competitivos, bien a ciudadanos beneficiados por la implantación de proyectos renovables, del entorno, o bien a sectores industriales estratégicos, que sea fundamental que cuenten con esa energía más competitiva para que se mantengan o crezcan en Galicia. Y vendrá de la que generemos a través de proyectos como pueden ser los de Galenergy o los que haremos con otros promotores. Es uno de los objetivos fundamentales de RDG que también cumpliremos. —Además de eólica onshore, ¿también está en su hoja de ruta trabajar con proyectos offshore? —Sí. Hoy por hoy, Galicia sigue importando en torno al 70 % de sus necesidades de energía, que es fósil que está, entre otras cosas, calentando los océanos. La forma de luchar contra ese calentamiento es implantar energías renovables, y dentro de ellas, el viento en el mar es uno de los recursos más potentes. —¿Y cómo es un buen proyecto offshore? — Un buen proyecto offshore en Galicia es un proyecto de una escala grande, alejado de la costa. Y, como no puede ser de otra manera, tiene que contar con los pescadores , analizar los posibles efectos sobre la pesca y que los incorpore, si es posible, a su propio accionariado. Porque en todos los proyectos en los que participa RDG, siempre dejamos una parte de lo que es nuestra participación accionarial disponible para una cofradía de pescadores, por ejemplo, o para entidades locales. Creemos que es una forma muy natural de dar una participación de lo que son los beneficios de esa actividad, pero puede haber muchas mas. —Hablaba del horizonte puesto en 2050, ¿cómo esperan en RDG que sea la Galicia de entonces? —Nosotros trabajamos por una Galicia verde, una Galicia que esté a la vanguardia del cuidado ambiental y esté a la vanguardia de la industria sostenible. Y porque se haga bien y se haga con capacidad. ¿Cómo vemos en 2050 la sociedad gallega? La vemos con una sociedad sostenible y próspera.
