Termómetros que rozan los cuarenta grados y un sol abrasador a las horas centrales del día hacen que las veraniegas olas de calor sean especialmente peligrosas para algunos colectivos. Entre ellos, los más mayores, que son un grupo vulnerable ante las altas temperaturas. Por ello, y debido a la previsión de la Aemet de que el estío puede ser este año más caluroso de lo habitual, desde Cruz Roja se ha puesto en marcha una campaña de seguimiento y vigilancia para personas de más de 65 años –con especial hincapié en quienes superan los 75– para comprobar su estado en los episodios de temperaturas más elevadas y aportarles recomendaciones y «sencillos consejos» que disminuyen notablemente los riesgos de sufrir deshidratación o un golpe de calor. Son los voluntarios de la organización humanitaria los que se encargan de hacer de ángeles de la guarda de estas personas durante el verano, explica la directora del Área de Salud de Cruz Roja en Valladolid, Beatriz Ronda. Descuelgan el teléfono y se ponen en contacto con más de 4.000 mayores con los que la institución trabaja en sus programas. En algunas provincias también se aprovecha, además, la teleasistencia para esta misión. «Se trata de aportarles información que a veces ya saben, pero que conviene recordarles», indica, con el objetivo de prevenir y evitar las «complicaciones en la salud» que pueden conllevar la subida de los termómetros. Pero no solo eso, es importante a la vez hacer un «acompañamiento» y «detectar también sus necesidades». «Les trasmitimos que es fundamental que beban agua abundante. A veces, aunque nos dicen que ya lo han hecho, les recordamos, por ejemplo, que en dos horas vuelvan a tomarse otro vaso » porque este hábito es clave para combatir las altas temperaturas, más aún en los mayores, advierte. Y es que los golpes de calor, a veces mortales, incide, son el resultado de «una deshidratación». «También les recomendamos, por ejemplo, que no salgan en las horas centrales del día» para evitar los momentos en los que los rayos del sol son más intensos. Les trasladan, también, consejos sencillos que pueden hacer que los grados bajen considerablemente dentro de sus hogares. Bajar las persianas en las franjas en las que el sol incide directamente, intentar refrescar las estancias con las ventanas abiertas durante la noche y d escartar la ropa abrigada o ceñida para sustituirla por un vestuario más ligero. Y el resultado es muy positivo. «De esta forma se sienten también acompañados» porque las actividades veraniegas, aunque se mantienen adaptadas en horario y características al estío, son menos. El contacto telefónico permanece a lo largo de todo el verano , especialmente cuando el calor aprieta de forma intensa, y si se detectan necesidades importantes los equipos de Cruz Roja del programa de mayores se desplazan al domicilio.