Museo Nacional Reina Sofía, Madrid, tres de la tarde. De repente, alguien coloca una silla oscura en la sala y un hombre vestido rigurosamente de negro se sienta en ella mientras el público contempla el 'Guernica' de Picasso. Lleva en sus manos una guitarra flamenca de madera de ciprés, de la casa Contreras, y empieza a cantar sin mediar palabra. Tiene delante el simbólico cuadro del pintor malagueño y, a su espalda, la escenografía original de 'La romería de los cornudos' : un ballet compuesto por el músico Gustavo Pittaluga, con argumento de Cipriano Rivas Cherif y Federico García Lorca. Por la influencia del poeta granadino, el guitarrista y cantaor Ricardo Fernández del Moral se desgarra con un repertorio basado en el dramaturgo de Fuente Vaqueros. Se oyen unos tangos compuestos por el propio artista de Daimiel (Ciudad Real) a partir de 'Los sonetos del amor oscuro' ; y hace también su versión de 'Nana del caballo grande', un poema de 'Bodas de sangre' al que Camarón de la Isla le puso música por primera vez. Incluso Ricardo canta a su manera 'Anda jaleo' por bulerías mientras una bailaora y coreógrafa gaditana, Ofelia Márquez, le pone más arte si se puede y el público hace un corro alrededor. Son quince minutos de puro duende que los teléfonos móviles, por supuesto, inmortalizan. «El arte con el arte. Uno está delante de una obra icónica de la cultura y esto transmite cosas, cosas que no se sienten en otro lugar. Es una sensación muy bonita difícil de describir, que te motiva y te hace rebuscar dentro de tu arte », dice. Ricardo volverá a repetir la experiencia religiosa delante del 'Guernica' el 23 de agosto, también a las tres, dentro de 'Los veranos de la Villa'. Minutos después se irá con su arte a otro museo nacional, el Thyssen-Bornemisza, a un kilómetro, donde maravillará a la hora lorquiana, las cinco de la tarde. De testigo, un impresionante cuadro de Tintoretto, 'El Paraíso'. Pero antes de tocar ese cielo, Ricardo actuará este mismo lunes en otro lugar celestial para un flamenco: el Festival Internacional del Cante de las Minas , en el murciano municipio de La Unión. Puede que allí suelte alguna palabra en chino porque con el Teatro Real de Madrid, su segunda casa, estuvo recientemente en Pekín, donde tocó en el Gran Teatro Nacional, conocido como 'El huevo' por su icónica forma. «Desde fuera parece el estado del Bernabéu; impresionante», asegura el artista, quien estuvo arropado por un cuerpo de baile de 14 profesionales, con Ofelia Márquez, Marta Serrano y Amparo Navarro como bailaoras principales. Ricardo se inició en la guitarra a los ocho años, pero no se ha dedicado profesionalmente al flamenco hasta hace unos meses, ya con medio siglo y después de ganarse la vida entre cables . «Soy técnico en electrónica y arreglé televisiones y pequeños electrodomésticos. Pero, cuando los hicieron de usar y tirar, empecé a reparar máquinas de tragaperras, videojuegos...». Hasta que este año ha dado el gran paso, dejando definitivamente su trabajo por su pasión. Con la productora Solana Entertainment también se irá de gira el 18 de septiembre por Canadá y Estados Unidos , donde correrá aventuras con el bailaor 'Juan del Puerto' y el cantaor y bailaor Manu Soto. Serán dos meses y medio con más de cuarenta actuaciones, la mayoría de las veces con dos pases diarios. Pero quizá ninguna se parecerá a romperse tocando y cantando flamenco delante del 'Guernica'.