El acuerdo tildado de «histórico» por ser el más grande intercambio de prisioneros desde la Guerra Fría entre Occidente y Rusia y Bielorrusia se efectuó ayer. Un «primer paso hacia las conversaciones de paz sobre Ucrania», dijo el político opositor ruso Dimitri Gudkov, en declaraciones a Telegram. 16 Opositores y periodistas a cambio de ocho espías y piratas informáticos. El intercambio contempla 24 prisioneros en total liberados por ambas partes del complejo acuerdo. Por parte de los prisioneros rusos liberados, esto es lo que conocemos hasta ahora sobre quiénes son: Vadim Krasikov (58 años), un ex coronel de alto rango del Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia (FSB), confirmado por el Kremlin. Krasikov, quien fuera condenado a cadena perpetua, ha sido el incesante objetivo de Putin para conseguir un intercambio con las autoridades alemanas. La corresponsal en Berlín, Rosalía Sánchez, escribe para ABC las siguientes líneas en referencia a Krasikov : «Vadim Krasikov hizo llegar el terror de Putin al corazón de la capital alemana en agosto 2019, cuando por orden directa del Kremlin: asesinó en un popular parque berlinés a Selimkahn Khangoshvili, el comandante checheno-georgiano rebelde que se había convertido en una piedra en el zapato del presidente de Rusia. Había entrado en Alemania bajo el alias de Vadim Sokolov y ejecutó la orden en el concurrido parque en el que, a esa hora, numerosas familias disfrutaban en las inmediaciones de una heladería. Fueron tres disparos por la espalda con una pistola Glock, uno de ellos un tiro en la cabeza, a plena luz del día y a pocos minutos a pie del Bundestag, la sede del parlamento alemán, y de la Cancillería que ocupaba entonces Angela Merkel. Después, ocultó la pistola en una paelera, se cambió de ropa y afeitó la barba detrás de unos arbustos y tiró a un estanque la bicicleta en la que había llegado al parque, todo ello con movimientos precisos de un asesino bien entrenado.» Vadim Konoschschenok (48 años), un ciudadano ruso con presuntas conexiones con la agencia de inteligencia FSB, arrestado en Estonia y extraditado a Estados Unidos. Fue acusado de suministrar tecnología estadounidense a Rusia a espaldas de los controles de exportación del país americano y por lavado de dinero en nombre del gobierno ruso. Vladislav Klyushin (43 años), un hombre de negocios condenado a nueve años de prisión por un plan hackeo «a través de operaciones de valores basadas en información corporativa confidencial robada de redes informáticas estadounidenses», según autoridades de EE.UU.. Fue arrestado en Suiza y extraditado a Estados Unidos. Román Seleznev (40 años), pirata informático y vendedor de números de tarjetas de crédito condenado a una pena de 27 años en Estados Unidos. Había sido parte de un intercambio propuesto por Putin en 2022 que implicaba a la baloncestista Brittney Griner y al ex marine Paul Whelan, pero la no incorporación del coronel Krasikov dinamitó el acuerdo. Artem Dultsev y Anna Dultseva, una pareja de espías rusos afincados en Eslovenia. Declarados culpables de espionaje, condenados a 19 meses de prisión y a ser deportados. Mikhail Mikushin, un espía ruso arrestado en 2022 en Noruega cuya identidad era la de un investigador brasileño que quería trabajar en cuestiones de seguridad del Ártico. Fue próximo temporalmente hablando a los sabotajes en forma de explosiones en el gasoducto Nord Stream que suministraba gas ruso a Alemania. Por último, Pavel Rubtsov o Pablo González , como se le conocía en España, quien fuera periodista para medios españoles como La Sexta, 'Público' o 'Gara', acabó preso en Polonia por comportamientos sospechosos de espionaje trabajando como periodista mientras portaba dos pasaportes: el de su identidad rusa y el de su identidad española. Fue acusado de espiar en el círculo de la opositora rusa Zhanna Nemtsova, hija del opositor asesinado Boris Nemtsov y condenado por espionaje.