¿Un detalle de generosidad en un bar o una obligación cuando se ha consumido mucho? El debate planteado en redes sociales parte de la queja de un cliente: «Después de una cuenta de 250 euros nos cobraron los chupitos de cortesía », es la protesta que ha difundido en X (antes Twitter) el influencer valenciano Jesús Soriano. Y no se queda ahí, porque a renglón seguido anima a hacer el vacío al establecimiento, como «no recomendado para grupos que quieran pasar una noche agradable», tal vez con un exceso de maldad, porque el buen ambiente o desenlace de toda una velada no parece que dependa de este detalle final de la cena. En esta ocasión, en la cuenta de @soycamarero se había planteado un «debate de chupitos de 'cortesía'» con ánimo de opinar, pero la abrumadora mayoría de quienes se han sumado al hilo coinciden y no comparten el malestar del cliente, a quien llegan a tildar de « rabioso » por su reseña. «Y la misma cantinela de siempre: si lo pides te lo cobran , si te lo dan sin pedirlo, es cortesía», resume uno de los internautas, una visión representativa de este veredicto informal en la red social, donde se pone el foco siempre en quién ha tenido la iniciativa, si el consumidor o el camarero, para poner encima de la mesa estos vasos pequeños con un licor. A continuación, abundan las comparaciones con otras actividades económicas, desde la reparación de un coche (o repostar combustible) a la compra en un supermercado o hasta la minuta de un arquitecto por los planos de una casa: en todos los casos, nadie regala nada fuera de la factura. Tan sólo algunos matizan que se podría esperar ese regalo sin cargo en el caso de que la cuenta de 250 euros se corresponda a unos pocos comensales, dos o tres, pero no si se trata de más, porque proporcionalmente no compensaría al hostelero. Y hay un caso llamativo: «El año pasado pagamos una factura de más de 3.000 euros y tras pagar cobraron una copa de vino y la cobraron bien. Pagamos sin rechistar, eso sí, este los 3.500 euros de la cuadrilla se han quedado en otro restaurante. Cada cual tiene sus derechos y hay que respetarse». En cambio, el único pero que ponen otros seguidores de este hilo del influencer, sobre si los chupitos se cobran o no, apunta a otro tipo de extra que sí entraña ambigüedad: el picoteo que se ofrece en ocasiones antes de servir la comida, un abrebocas mientras se espera al plato principal o las tapas. «A mí me cobraron unas aceitunas que no pedí en un restaurante; según ellos era el aperitivo hasta que llegara la comida (fue en México), y cuando fui a pagar y me quejé no quisieron quitarlas de la factura, así que cuando me dijo que si incluían la propina, les contesté 'no hay propina'». Aunque sin muchas discrepancias, el asunto sí genera interés, porque en un día ha registrado más de 170.000 visualizaciones