A través de cinco pódcast, hacemos un repaso por algunas de las historias menos conocidas de los monarcas españoles desde el siglo XVI hasta el XX. Encontramos casos como el de Luisa Isabel de Orleans y su trastorno límite de la personalidad, la de Bárbara de Braganza y su tacañería a la hora de dejar sus joyas en legado a su esposo Fernando VI, o la historia de amor que vivieron Felipe II e Isabel de Valois. Pero no todo queda en el siglo XVIII, también nos vamos al XIX para hablar de María de las Mercedes de Orleans y las sospechas que generaba su repentino fallecimiento, o de la familia secreta de Alfonso XIII. Luis I no podía comprender qué es lo que le ocurría a su esposa, Luisa Isabel de Orleans y Borbón. La ciencia catalogaría probablemente hoy su conducta como la propia de un trastorno límite de la personalidad, que se caracteriza primariamente por la inestabilidad emocional, el pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones interpersonales caóticas. Criarse despreciada por sus padres dejó huella en su personalidad. El matrimonio entre Fernando VI y la hija del Rey de Portugal, Bárbara de Braganza, supuso la alianza entre dos almas solitarias. La dupla se vino abajo con la muerte en 1758 de la Reina sin haber dado heredero al reino. El pueblo amó a la reina como jamás lo hizo con Isabel de Farnesio y, sin embargo, su testamento manchó para siempre su reputación. El grueso de su herencia, formada por siete millones de reales, cayó en manos de su hermano el Rey de Portugal, mientras que a Fernando solo le legó algunas joyas menores. Mientras se sucedían en la Península la efímera dinastía de los Saboya y luego una desastrosa Primera República, los Borbones se armaron política y sentimentalmente para volver al trono. En la navidad de 1872, María de las Mercedes de Orleans y su familia visitaron a la familia de Isabel II. Sin que nadie lo hubiera previsto, el futuro Alfonso XII bebió los vientos por su dulce prima María. «Mercedes apareció ante mis ojos como la imagen perfecta de la felicidad y la virtud», escribió. Mercedes cautivó a su primo carnal nada más dejarse ver. Era una muchacha de cabello y ojos negros, de estatura baja, cara redonda y belleza dulce. Al lado de la francesa Isabel de Valois, Felipe II recuperó una juventud de la que nunca había disfrutado realmente y una vida familiar que llenaría de alegría la corte del Rey Prudente. La joven reina se situó como la principal razón de su existencia durante ocho años, mucho más tiempo del que había pasado con sus dos anteriores esposas. Solo una cuestión ensombreció la vida de la real pareja: la falta de hijos. El matrimonio entre Felipe e Isabel tardó en consumarse a la espera de que la reina alcanzara la edad núbil y abandonara las muñecas. La de Carmen Ruiz Moragas fue la otra familia del rey de España, una clandestina y desconocida para la mayoría de los españoles durante toda la década de 1920. Tan solo un círculo muy cercano al monarca tenía constancia de aquella relación, pero todo cambió en julio de 1931, cuando la revista 'Crónica' decidió entrevistar a la amante en el mismo palacete donde vivía con sus hijos bastardos y donde se había visto tantas veces con el monarca. Todos los episodios de 'Estamos en la Historia' pueden encontrarse en las principales plataformas de audio, como Spotify , Ivoox , Apple Podcasts , Amazon Music y Podimo . También están disponibles en Youtube .
