España se marchó del partido ante la Grecia de Antetokounmpo con un fervor indisimulado. Había mucho de reivindicación grupal en ese triunfo tan necesario, tanto para la clasificación como para elevar la moral de la tropa. Un chute de energía para un equipo que aterrizó en Lille al principio de los Juegos con la certeza de que son pocos los que confían en ellos. En ese ambiente de euforia Scariolo invocó en un momento dado el espíritu de Gasol, activo principal del equipo que en ese mismo estadio Pierre Mauroy se proclamó campeón de Europa en 2015. Aquel Pau dominador, apabullante, se reflejó en la figura de Santi Aldama , convertido de golpe en la gran referencia de la selección, en su líder natural. Con 23 años, el canario no ha dudado en dar ese pasito adelante que su entrenador pedía a los jóvenes, que en su caso se ha convertido en un triple salto. Más allá de sus 19 puntos, 12 rebotes y 3 tapones, se convirtió en el factor diferencial ante los helenos, capaz de sujetar en defensa a la casi siempre insostenible figura de Anteto y también de desafiarlo en ataque. «Es nuestro mejor jugador y lo sabe», analiza Darío Brizuela sobre su compañero. «Este año ha dado un paso adelante respecto al Mundial del año pasado. Se convirtió en nuestro líder y estamos felices por él». Los galones que ha cogido Aldama se antojan más necesarios en vista de que ni Lorenzo Brown ni Willy Hernangómez han conseguido entrar aún en calor. Y lo serán más ante Canadá este viernes, donde la selección espera abrochar el pase a los cuartos de final. Dicen que Aldama estaba predestinado a vivir estos momentos. Vinculado al baloncesto desde la cuna (su padre, también Santi, jugó muchos años en la ACB y llegó a disputar los Juegos de Barcelona con la selección), el canario escogió el camino difícil. Se marchó a Estados Unidos al cumplir la mayoría de edad y jugó dos años para la Universidad de Loyola-Maryland antes de ser drafteado en el número 30 por los Utah Jazz, que lo enviaron después a los Memphis Grizzlies. Con ofertas tanto del Real Madrid como el Barcelona pudo regresar a España, pero no quiso volver sin darse la oportunidad de triunfar en la NBA. Tres años después va camino de conseguirlo. Su tercera temporada ha sido la mejor: 26 minutos en pista de media, con casi 11 puntos y 6 rebotes por encuentro. Sus características físicas, 2,11 de altura que no restan ni un ápice de agilidad y dinamismo, son un valor en alza en el baloncesto actual. Ya nadie lo tacha de blando. En París ha permanecido casi treinta minutos en la pista en los dos partidos que España ha disputado hasta ahora en la fase de grupos, más que nadie. Señal inequívoca de que Scariolo lo considera ya fundamental pese a ser el último en llegar al equipo. No debutó con la absoluta hasta el año pasado, precisamente por ese afán de hacerse un nombre en América. Llegó en la preparación previa al Mundial y se hizo un hueco en el doce final de Scariolo. Allí jugó su mejor partido ante Canadá, en la eliminación de España en cuartos. Fue la primera vez que mostró ese carácter diferencial. Acabó con 20 puntos, 8 de 12 en tiros de campo, y anotó un triple decisivo para mantener la esperanza hasta el final. Ahora, de nuevo ante Canadá, se le exigirá una actuación similar, aunque una molestia en la mano, fruto de una caída, ha obligado al cuerpo técnico a tenerlo entre algodones en las últimas horas. Scariolo no quiso dar pistas sobre si le tendrá a tope, aunque todo indica que no renunciará a él salvo por causa de fuerza mayor. España se enfrenta al rival más duro del grupo. Entrenados por Jordi Fernández , técnico de los Brooklyn Nets, y con diez jugadores NBA, encabezados por las estrellas Shai Gilgeous-Alexander y Jamal Murray, muchos los sitúan como la alternativa a Estados Unidos por el oro. Al partido llegan clasificados tras derrotar a Grecia y Australia, pero aún tienen que asegurar la primera plaza para lograr un mejor cruce. «Tenemos la conciencia de que jugamos contra el mejor equipo de este campeonato después de Estados Unidos según lo que comenta todo el mundo. Por otro lado, tenemos que ser valientes, tener confianza en la posibilidad de poder competir. Es obvio que la tarea es muy complicada», dijo en la previa Scariolo, contento por el modo de competir de su equipo en estos dos partidos. «Estimula mucho jugar contra los mejores jugadores del mundo. Nos vamos a sentir motivados. No podemos jugar tímidos ni con miedo». España opta aún al liderato de grupo… Pero también podría quedar eliminada. Todo depende de los resultados que se produzcan tanto en su partido como en el Australia-Grecia que se jugará cuatro horas antes. La cuenta más simple es que la selección se clasificará ganando a Canadá, y lo hará además como primera de grupo si gana por más de 15 puntos o Grecia vence a Australia. Si gana por una diferencia menor o Australia se impone a los helenos su posición dependerá del basket average que sea segunda o tercera. Y habría que esperar al resultado de los otros grupos también para ver si logra clasificarse. El peor escenario es una derrota, pero incluso así tendría opciones. Lo único que dejaría fuera a España sería la siguiente combinación: derrota ante Canadá y victoria de Grecia por entre 3 y 16 puntos.
