Los Juegos Olímpicos de París fagocitan pruebas y momentos a un ritmo vertiginoso. Con lo mejor del deporte mundial reunido en la ciudad de la luz en apenas un par de semanas es lógico. Pero al mismo tiempo la cita deportiva más esperada genera gestas y héroes casi cada día. También imágenes y anécdotas. Entre las primeras han quedado para la historia la del fotoperiodista deportivo José Luis Pérez con Rafael Nadal y Carlos Alcaraz sincronizados en el gesto de apretar el puño, o la del surfista brasileño Gabriel Medina suspendido con su tabla sobre las olas, obra del fotógrafo francés Jerome Brouillet. Y para anécdota, ninguna ha superado hasta el momento la del miembro de la organización que hizo las delicias de la piscina olímpica saltando al agua para recuperar el gorro de una nadadora. El relevo de aquella escena en lo mediático y obviando lo puramente deportivo, lo tomó la tiradora surcoreana Kim Yeji . Lo suyo fue más allá del sus resultados con la pistola en 25m, que también fueron óptimos con un oro y un récord mundial incluido, pues se hizo viral por su sorprendente actitud ante sus pruebas. Además de certera, la deportista de Corea del Sur se mostró tremendamente carismática. Actitud pasota, mirada desafiante, y semblante serio pese a su increíble logro... su imagen no tardó en hacerse viral. La nueva John Wick , la bautizaron muchos en referencia a la tremenda agilidad y eficacia con las armas del asesino de ficción. También al vestuario de ambos, elegante y oscuro. Pero tuvo que llegar un compañero de deporte para desbancar a Kim Yeji de su podio viral y mediático. El turco Yusuf Dikec se colgó la medalla de plata en la prueba de competición mixta de pistola 10 metros junto a su compatriota Sevval Ilayda Tarhan. En su caso llamó poderosamente la atención de los espectadores y de las redes sociales la calma del deportista, su postura , compitiendo con una mano metida en su bolsillo mientras sostenía el arma y apuntaba con la otra, y también su atuendo . Frente a todas las novedades tecnológicas incorporadas por sus rivales y compañeros de deporte, con gafas especiales y grandes cascos de supresión de ruido, él apenas necesitó sus gafas de ver y unos discretos tapones para los oídos. Tal ha sido el revuelo que ha generado, que el propio protagonista de este furor se ha referido a su imagen en una entrevista con medios de su país: «En realidad, esta es mi posición de tiro habitual. Ayuda a mantener el cuerpo más equilibrado y estable. Incluso el más mínimo movimiento puede provocar desviaciones». Y sobre su ausencia de ayudas tecnológicas, como por ejemplo las gafas que sí vestía la surcoreana Kim Yeji, explicó que no necesita «ningún equipamiento especial» porque es « un tirador natural ».
