Decía Karl Marx que «la religión es el opio del pueblo». En la España actual el opio del pueblo son los partidos políticos que lo insensibilizan y adormecen. No es normal que una sociedad como la española no esté movilizada ante los despropósitos que va a cometer el gobierno social-comunista dando a los nacionalistas catalanes lo que exigen. Nadie dice con claridad las consecuencias que para el resto de los españoles tendrían esas concesiones. De esa falta de información culpo a la oposición política. De los partidos que conforman gobierno poco podemos esperar. Sus militantes vienen anestesiados de fábrica. Pero la oposición tiene la obligación de formar la opinión del pueblo soberano, cuando el poder anuncia unas medidas que encarnan...
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