Esperas hasta por la atención telefónica, colas, demoras... el verano en los centros de salud cordobeses se está caracterizando por una falta de personal ya advertida por los propios médicos y sindicatos, y asumida por la propia Administración, que este año no puede contar con los MIR , que iniciaron su formación en el año 2020 con retraso por la pandemia y todavía no la han terminado . En el centro de salud Levante Sur , Francisco señala a un amigo que le acompaña: «Es cierto que hay pocos médicos. Le han dado dentro de trece días, y yo he visto al médico ahora mismo después de quince días por una infección de orina». Este paciente se refiere a la atención primaria . También Verónica, en el mismo centro de salud, ha pasado por ciertas peripecias para lograr la atención adecuada, en su caso por una inflamación estomacal que la llevó al médico el pasado octubre. «Mi médico estaba de baja y me han visto desde entonces seis diferentes , cada uno con un diagnóstico o una apreciación, aunque ahora han puesto a una doctora ya fija», afirma. Esta paciente todavía no ha logrado que la vea esa doctora, será «con suerte la semana que viene». En un banco del centro de salud Levante Sur espera Mari Ángeles, afectada por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), quien manifiesta que «han quitado médicos, ahora hay menos con las vacaciones, y nos encontramos con que no hay suficientes, los pocos que quedan están saturados ». Esta paciente muestra su tícket de espera, el número 98. «Van por el 80. Llevo aquí toda la mañana y hoy estoy mala, vengo a ver si me mandan una medicación o me derivan a otro lado», añade. En el centro de salud de la Fuensanta, José Manuel Espejo llega a tachar de «vergüenza» la atención e incide en que ni hay aire acondicionado. «He tardado un mes en que me vea el médico de cabecera y ahora lo siguiente es esperar carta del oftalmólogo; la propia médica que me ha atendido me ha dicho que en estos meses va todo fatal». Para Espejo «todos los trabajadores son cómplices por no ir a la huelga ». Guerrero, paciente de cáncer , apunta que el sistema sanitario está abocando a mucha gente a optar por la sanidad privada. Por su parte, José Ruiz responsabiliza a la falta de médicos de que su faringitis persistente se haya convertido en crónica, por lo que no tiene otra solución que la medicación constante y una enorme ingesta de agua. «Primero fui a Urgencias y me pusieron un tratamiento anti-inflamatorio que no sirvió para nada. Luego tardé un mes y medio en conseguir la cita en el centro de salud, no tuvo resultados, tardé otros 35 días en volver a conseguir cita en el centro, y me derivaron ya al especialista , que me atendió 45 días después. Al final sumando todo eran cinco meses y medio», resume. En el centro de salud Castilla del Pino, otro de los más afectados por la falta de médicos, Paco Pedrosa , que tiene una lesión en la médula, explica que conoce la falta de personal de primera mano puesto que su especialista es el propio director del centro, Rafael Sánchez , y así se lo ha confirmado: «Me indica que no tiene un listado de pacientes, como antiguamente, sino que tienen que coger pacientes de otros compañeros que están de baja o jubilados, a causa de que no hay sustituciones». Gema de Lara tuvo que consultar por pitidos en los oídos y mareos. Su cita en el centro tardó un par de semanas, y el especialista más de dos meses . Tras una serie de pruebas tuvo que volver al especialista, algo que tardó casi otros tres meses para indicarle que tenía que convivir con ellos. «Ahora he tenido que volver para otra cosa sin mucha importancia, pero es que ni atienden por teléfono, cuando antes de la pandemia te atendían al momento y a veces sin cita », recordó.