El surf en los Juegos Olímpicos se ha convertido en el paraíso de los fotógrafos. La mezcla de la competición y las olas rotas por los surfistas marcan los días en la Polinesia Francesa. A más de 15.000 kilómetros del aeropuerto Charles de Gaulle en la capital francesa, Tahití se ha convertido en el centro de atención de los Juegos durante las madrugadas. Sin representación española en el cuadro masculino, Gabriel Medina, quien se ha viralizado en las redes sociales con su foto volando sobre las aguas, es el principal favorito a la victoria. Por su parte, la competición femenina, donde Nadia Erostarbe es la única representante, la francesa Vahine Fierro alberga las opciones de llevarse la medalla de oro. La llegada del surf a los Juegos Olímpicos en la cita nipona obligó a las delegaciones a buscar aguas con olas bravas en las costas marítimas. Francia se ha decantado por el único territorio que ofrece estas condiciones, que es la Polinesia Francesa . El reparto colonial del mundo para las grandes competencias durante el siglo XVIII permitió la llegada de Francia al Pacífico Sur. La primera toma de contacto, en 1836, fue albergada por los primeros misioneros galos que fueron expulsados nada más llegar al territorio de Tahití. La figura de Ramón Freire evitó el cambio de signo en el territorio, sin embargo, en 1842- ocho años más tarde- se otorgó el estatus de protectorado francés a Tahití. Con la llegada del último tercio del siglo, el gobierno francés convenció al rey Pomare V, quien pese a las observaciones de su madre para ceder el territorio a la corona inglesa, llegó a un acuerdo con el país galo. En 1880 se certificó el cambio de protectorado a colonia. Los primeros sellos como colonia datan del año 1892. El reinado de Pomare V no duró más de tres años y su vida finalizó con una enfermedad relacionada con el consumo de alcohol. En su funeral, el gobernante fue vestido con el uniforme francés y su tumba se ha convertido en una atracción turística. Al evento asistió el pintor posimpresionista, Paul Gauguin , quien se encontraba en la isla y quedó fascinado con la construcción. La isla quedó a merced del Imperio francés y con el paso del tiempo cambió su estatus hasta convertirse en un simple Territorio de Ultramar, donde las surfistas compiten en los Juegos Olímpicos de París.