Lo que parecía un sueño o ilusión para muchos especialistas en enfermedades oncológicas se está convirtiendo en una auténtica realidad. Aunque, habrá que esperar entre 12 y 13 meses para ver los esfuerzos completamente edificados. Comienzan las obras de la primera Unidad pública de Protonterapia en Madrid, ubicada en el Hospital de Fuenlabrada. Este recinto albergará uno de los dos dispositivos de esta tecnología de vanguardia donados a la región por la Fundación Amancio Ortega. El segundo de los equipos de protonterapia estará ubicado en la zona norte de Madrid, concretamente, en el Hospital de La Paz. Estos dos nuevos equipos se unen a las dos iniciativas privadas que ya funcionan en la región: la Clínica Universidad de Navarra (CUM) y al Hospital Quirón. La consejera de Sanidad, Fátima Matute , ha presentado hoy el proyecto en el espacio donde se ubicará, adyacente al actual Edificio Oncológico, donde ya se están realizando trabajos de movimiento de tierra. Ha estado acompañada de Francisco Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada; Gema Sarmiento, directora-gerente del Hospital de Fuenlabrada; Almudena Quintana, directora general Asistencial del Servicio Madrileño de Salud y varios arquitectos y equipo técnico de este nuevo refugio sanitario. La inversión destinada es de 11,1 millones de euros en la construcción . «Con estas dos nuevas dotaciones, se consigue que Madrid tenga cuatro equipos de protonterapia, cosa que es única en el mundo. Esto va a permitir que los pacientes tengan un tratamiento oncológico integral. Así, nos reunimos con el orgullo de tener una sanidad pública para todos, de forma personalizada y precisa», expone Fátima Matute. Este proyecto precisa de una gran coordinación y de un equipo multiprofesional: «Estamos todos en contacto, tanto la administración, edificadores y todos aquellos profesionales que van a utilizar la maquinaria. Así, se marca el eje estratégico que tiene el Gobierno de la Comunidad tiene para el tratamiento del cáncer y el mantenimiento de la esperanza», específica la concejala sobre la gran labor de los especialistas en llenar de luz a los pacientes. El recinto, construido en 2.164 metros cuadrados, contará con dos plantas, un bunker para el acelerador de protones y nuevas instancias y consultas para llevar el seguimiento del tratamiento de los pacientes. La baja, de 1.290 metros cuadrados, dispondrá de las áreas de diagnóstico, tratamiento con protones y preparación de pacientes. La primera, de 875 metros cuadrados, se destinará a mantenimiento, suministros, despachos médicos y formación. Los servicios de Oncología Radioterápica, Radiofísica y Oncología Médica del Hospital de Fuenlabrada son pioneros en la aplicación de técnicas muy novedosas en tratamiento de cáncer. El primero de ellos trata cada año alrededor de 1.477 personas gracias al trabajo coordinado de los distintos profesionales implicados. En los últimos años, se han puesto en marcha nuevas técnicas como la arcoterapia dinámica (VMAT) y la radioterapia estereotáxica extracraneal. Gracias al plan INVEAT, se han instalado 140 equipos oncológicos en diferentes hospitales de la región. De esta manera, se da una rápida detención, un más fácil diagnóstico y un proceso menos cruento. La Comunidad de Madrid ha conseguido aumentar el índice de supervivencia de aquellos pacientes con tumores, en concreto, el de colón o de mamá. Aunque, en otras circunstancias, hay que acompañar al paciente a su final, contando con programas de paliativo 24 horas todos los días de la semana. «Esto es único y seguiremos trabajando en ello y en la renovación de otros mil equipos de diagnóstico», expone la consejera. El método, basado en protones es muy útil, para tratar los tumores cerebrales de los más pequeños. «El método trata con un protón, algo que se puede asemejar a una bala de gran exactitud, que se saca del hidrógeno. Así, no radia los órganos cercanos o zonas de alrededor y ayuda a zonas que son muy pequeñas», argumenta Matute. El nuevo método daña muy poco los tejidos adyacentes y reduce los efectos secundarios. Los tumores infantiles fueron el primer foco de este tratamiento, el cual se irá ampliando a otras patologías. «Queremos que la Comunidad de Madrid sea un referente en esta clase de tratamientos», expone Fátima. La principal diferencia con la radioterapia convencional es la precisión. En el método tradicional, la radiación atraviesa al paciente, radiando lo que hay antes y después del tumor. Con los protones, la radiación se para cuando el especialista lo considere, sin afectar a nada que haya detrás. «La nueva inversión supone un paso muy grande en las técnicas de radioterapia». Estas son las palabras de Alfonso López, jefe del servicio de protección radiológica y radiofísica del Hospital de Fuenlabrada, un profesional que cuando empezó sus estudios oncológicos nunca pensó que podría darse en la sanidad pública. Gracias a la estructura de la máquina, se consigue irradiar al paciente desde diferentes zonas, concretando su dosis en la zona del tum or y reducir la dosis en los órganos cercanos al mal patológico. Con este método, se benefician casi todos los pacientes. Aunque, es aprovechado por aquellos que tienen una larga supervivencia por delante y para aquellos donde una radioterapia convencional sería muy difícil por su cercanía a un órgano sano.