Con la muerte de Paco Camino , desaparece uno de los grandes de la historia del toreo, dotado de una soberana inteligencia para lidiar artísticamente toros, para ser un muy puro intérprete de la verónica clásica, renovador de una chicuelina de giro imprevisto y de llevar toreado al toro y de ser con la muleta en las dos manos un muy puro torero de insuperable ortodoxia. El toreo de los años sesenta y setenta está lleno de grandiosas y prolongadas series de naturales que acreditan su combinado sentido del temple, de la distancia y del ajuste. Su adorno tuvo siempre ese toque de pinturería sobria, nada recargada, porque en todas las imágenes de su muy extensa trayectoria hay siempre una...
Ver Más