Hoy es oficialmente el día de la liberación fiscal, lo que significa que hasta este martes todos los esfuerzos de las familias españolas en lo que llevamos de 2024 han ido destinados a pagar impuestos. Según la Fundación Civismo, este año han hecho falta 212 días, más de siete meses, para pagar los tributos de obligado cumplimiento . Y es a partir de hoy cuando toda la renta queda disponible en el bolsillo de los españoles. «El incremento de la carga impositiva junto con el aumento del nivel de precios y el estancamiento de los salarios por el déficit de productividad de la economía española hacen que los españoles deban destinar 7 meses de su trabajo a pagar impuesto», explica Albert Guivernau, director de la Fundación Civismo. Las diferencias en la presión fiscal entre las comunidades autónomas generan un impacto significativo. Madrid, Andalucía y Castilla y León destacan por rebajar impuestos, mientras que Cataluña presenta una carga fiscal más alta. Estas disparidades se reflejan en variaciones de hasta un 7% en el IRPF por una misma renta anual bruta de 23.985 euros. Además, según Fundación Civismo, se observan diferencias en la fecha de liberación fiscal, que va desde el 22 de julio en el País Vasco hasta el 4 de agosto en Cataluña, «reflejando el impacto de las distintas políticas fiscales autonómicas en los ciudadanos». El organismo recuerda que esto es así porque el 50% del IRPF está cedido a las Comunidades Autónomas, que establecen deducciones específicas que permiten que la cuota líquida que satisfagan los contribuyentes sea diferente aún con el mismo nivel de ingresos y circunstancias personales y familiares. Además, las cotizaciones sociales netas suponen el 60% del pago de impuestos anual «debido a la enorme presión que ejercen las cotizaciones pagadas por la empresa». Esto, según el análisis de Fundación Civismo implica una diferencia notable respecto al resto de las economías desarrolladas, situándose la media de la OCDE en un 47%. «Como consecuencia, España tiene una presión fiscal sobre el consumo sustancialmente más baja que la media europea y de la OCDE, mientras que es mucho más alta en cotizaciones sociales e impuestos directos, siendo esto más perjudicial para los contribuyentes españoles al tener un mayor peso en la fiscalidad nacional». El organismo apunta a que la combinación de ingresos estancados y la creciente carga tributaria ha mantenido la presión fiscal en niveles elevados, afectando significativamente la economía doméstica. «En 2023, la recaudación por IRPF ha alcanzado un récord histórico de más de 120.000 millones de euros, impulsada por el aumento de las rentas totales de las familias y la escalada en los tramos fiscales. Sin embargo, la falta de medidas para reducir la carga tributaria, junto con el aumento general de los precios y otros impuestos, ha llevado a una pérdida de poder adquisitivo y menor ascenso social y económico para los ciudadanos», añade. Más en detalle, la fundación también pone el foco en la recaudación por IVA, que ha alcanzado un récord nominal de 88.000 millones de euros en 2023, superando en más de 2.000 millones la cifra de 2022. «Este incremento se debe al aumento en el consumo, con la base imponible del IVA creciendo más de 23 puntos en los últimos dos años. No obstante, se ha observado una recesión en el tipo efectivo devengado debido a la reducción del IVA en bienes esenciales como el gas y la luz, y el cambio en los hábitos de consumo de los españoles, que se han enfocado más en bienes y servicios con IVA reducido, como alimentos y transporte», se desgrana en su análisis.