Estaban citados a las siete de la tarde. Pero una hora antes, el hartazgo ya se palpaba en la Puerta de So l , epicentro de la manifestación. Decepción. Rabia. Frustración. La noche de antes, las mismas personas que ahora se encuentran clamando justicia e implorando libertad, bailaban entre el ondeo de miles de banderas venezolanas en la madrileña plaza de Colón. «Entonces todo era alegría. Ahora sólo tristeza », coinciden los allí presentes. Anoche, Zaida Brazón no durmió. No la dejaban los nervios. Admite que allí, en Colón, «sentíamos tocas la libertad». «En los centros de votación, tanto en los de aquí como en los de Venezuela, la sensación era de liberación. Por un momento, la idea de poder volver a casa no se nos hacía tan descabellada», comenta con ojos vidriosos. Pero hoy, Brazón y miles de venezolanos han amanecido con unos resultados cuando menos «decepcionantes»: Nicolás Maduro ha sido reelegido como presidente de Venezuela con el 51,2 por ciento de los votos , según Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo «controlado por el régimen chavista». Así lo expresa Elisaul Mota , quien sostiene una pancarta con la palabra «libertad». El venezolano cuenta lo mismo que Brazón, y asegura que lo vivido anoche fue «muy impactante»: «Es evidente. En cada centro electoral, el pueblo pedía —y pide— un cambio». El joven señala que su familia, allí en Venezuela, le retransmitió en todo momento cómo se estaban viviendo los resultados electorales. «Hubo mucho silencio en la calle» , indica. Andrés Torres, que ha escuchado las palabras de Mota en conversación con este periódico, pregunta si puede dar su opinión. Mientras, los allí reunidos comienzan a lanzar los primeros cánticos: «Edmundo, amigo, el pueblo está contigo». «En mis 25 años de vida, todos y cada uno de los procesos electorales han sido una trampa . Las palabras 'tendencia irreversible' es un trauma para los venezolanos», arroja. Tras esto, el joven pide permanecer «juntos y unidos» , y asegura que la próximas horas serán cruciales para el país latinoamericano. Entre los allí presentes se encuentran Jorge Buxadé y Juan Pablo García , diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela. También Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas. «¿Quién está con la dictadura y quién con la defensa de la democracia?», pregunta. Y tacha de «tragedia» lo vivido anoche. Gritos al unísono: «¡Libertad!» . «Ya basta que los tiranos de de Cuba, Nicaragua y Venezuela se burlen de la ONU. Rendirnos no es una alternativa. Haremos lo posible por hacer valer la victoria», expresa. Una enorme bandera venezolana se alza en el centro de la madrileña plaza mientras suena Gloria al Bravo Pueblo , el Himno Nacional de Venezuela. Hasta el lugar se ha desplazado Cayetana Álvarez de Toledo, que expresa a este diario que lo vividido en el país latinoamericano son «los últimos manotazos de un criminal». «El mundo entero lo sabe. Lo que tiene que hacer el régimen es dejar a Venezuela en paz y en libertad», concluye. Diego Fernández no es venezolano, pero ha venido a apoyar a su pareja, que sí lo es y no ha podido acudir a la plaza: «Estoy aquí para apoyar al pueblo venezolano. Es evidente que es un fraude electoral. El pueblo implora un cambio». Junto a él se encuentra Antoni Ramírez , que asegura que es imposible que Venezuela haya perdido las elecciones. El ecuatoriano pide ayuda internacional para el país: «Deben contarse los votos uno a uno. Sólo así saldrá la verdad».
