España se enfrentaba en su segundo partido en los Juegos de París contra un adversario siempre acompañado por la vitola de favorito como es Suecia. Los Hispanos se medían a una selección necesitada de sumar tras caer contra Alemania en la primera jornada (30-27). Era un choque que podía marcar las necesidades de ambos combinados en la fase de grupos. Los de Jordi Ribera comenzaron defendiendo con una defensa adelantada y atacando con más ojos puestos en el pivoto y los extremos que en la cita contra Eslovenia. Los primeros minutos fueron un intercambio de golpes en que el que Suecia salió vencedor, pese a las acertadas intervenciones de Rodrigo Corrales en la portería. Lukas Sandell se mostraba el jugador nórdico más activo desde el lateral derecho, desde donde se buscaba sus propias penetraciones o una situación para asistir a un compañero. Los escandinavos marcaban con más facilidad que Los Hispanos, atrapados en cinco minutos sin aumentar su cosecha. Ribera solicitó tiempo muerto en el minuto 18 para evitar que el 9-6 en contra creciera a peor. Retorno a la defensa avanzada para interrumpir las circulaciones suecas, pero los dirigidos por Glenn Nor hallaban situaciones limpias de lanzamiento en sus progresiones. Un gol de Sebastian Karlsson desde el extremo supuso el 11-7 para los suecos. Ribera introdujo dos pivotes y la novedad desveló las grietas de la defensa nórdica. Alex Dujshebaev. con finta en salto y efecto en el tiro, rebajó la desventaja a dos tantos (11-9) cuando corría el minuto 25. España se consolidó en su área y creó caminos a la portería adversaria para llegar al descanso con empate a 11. Suecia obtenía rédito de muchos de sus ataques mientras en España volvían a destaparse sus carencias ofensivas. Más rapidez, pases más claros y contundencia en su área caracterizaban a los nórdicos. Por el contrario, los Hispanos caían en un profundo bache con un parcial en contra de 5-1 en cinco minutos . Lucas Pellas marcaba en el 16-12 y ahí comenzaba la zozobra de los de Ribera, que de nuevo trató de serenar el partido con un tiempo muerto. A la vez que Imanol Garciandia firmaba un golazo desde la línea discontinua y Gonzalo Pérez de Vargas detenía un penalti, los jugadores españoles adolecían de contundencia en una defensa donde faltaron ayudas, todo lo contrario de una Suecia que resolvió a su favor muchos duelos individuales en su propia área. Aun así, el marcador llegó a reflejar un 19-17 que sólo fue una ilusión momentánea, ya que los nórdicos corrían más contra una España deficiente en sus repliegues. Esa lentitud fue aprovechada por los de Nor para servir balones de gol a la zona de seis metros, convertida en un plácido salón para el equipo amarillo. El partido se fue a un 28-21 para Suecia cuando quedaban cuatro minutos y medio para la conclusión. España maquilló la derrota en un toma y daca final con robos de balón y consiguientes contragolpes, ya sin tiempo para remontar.
