Venezuela ha celebrado elecciones generales este domingo y el régimen de Nicolás Maduro ha vuelto a autoproclamarse vencedor , esta vez con un supuesto 51% de los votos. El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, presidido por el chavista Elvis Amoroso, afirma que Maduro ha obtenido 5.150.09 de votos (51%) frente a los 4.445.978 de Edmundo González (44%). La oposición, liderada por María Corina Machado, asegura que su candidato, González, ha obtenido en realidad el 70% de los apoyos y Maduro, el 30%: «En los próximos días vamos a seguir anunciado las acciones para defender la verdad. Hasta el final». El chavismo ha utilizado a lo largo de las décadas todo tipo de artimañas, trampas y fraudes para mantenerse en el poder . Una de sus estrategias, desplegada este domingo en todo el país, es la conocida como Operación Morrocoy . Esta táctica busca ralentizar el proceso electoral en aquellas regiones del país donde la oposición tiene mayor apoyo, mientras a su vez fletan transporte para que ciudadanos cercanos al régimen se acerquen a los colegios electorales. Donde el chavismo tiene menor porcentaje de voto, se pone en marca la Operación Morrocoy, que reduce el número de urnas -de forma que las colas suponen largas horas bajo el sol-, boicotea el sistema informático para que el proceso sea lo más largo posible mientras siguen aumentando las colas y eterniza el ya de por sí tedioso paso del cuaderno de votación. Esta técnica no sólo no es nueva, sino que se suma a una lasta lista de trampas que el chavismo ha perpetuado a lo largo de los años. Bajo el régimen de Hugo Chávez, por ejemplo, se contactaba y amenazaba a los abstencionistas para que fueran a votarle.