Rafael Nadal se apunta a la cita contra Novak Djokovic. Los Juegos Olímpicos vuelven a juntar a los dos tenistas con más Grand Slams del circuito masculino, los dos más grandes de los últimos tiempos. Un último baile, como definió el serbio, 37 años él, 38 el español, en un escenario exclusivo como son ellos: una Philippe Chatrier decorada con los aros olímpicos. Nadal cerró el acuerdo tras un partido ante Marton Fucsovics de los que ha protagonizado a docenas en esta pista, muy superior en el primer set, con intentos de remontada en el segundo y contundente cuando hacía falta, rozando las dos horas de juego y con puntazos de los de llenar el compartimento de los recuerdos. Hace dos semanas, cabizbajo tras la final del ATP 250 de Bastad , Rafael Nadal no entraba en los Juegos Olímpicos con las mejores sensaciones. Pero es París y es Nadal, un binomio que se anima y se complementa a la perfección para sacar las mejores actuaciones. No iba a ser menos en esta ocasión, porque al balear le encantan las citas olímpicas, sobre todo esta en la que fue invitado de excepción en la ceremonia inaugural, portador de la antorcha en los últimos metros. El homenaje lo devuelve por partida doble el de Manacor: brillantísimo maestro del dobles con Carlos Alcaraz , para doblegar a la pareja argentina González-Molteni, y un animal competitivo en su partido individual ante Marton Fucsovic. Ese duelo que estuvo en el aire hasta horas antes del encuentro porque hubo molestias en el muslo derecho el pasado miércoles, anulado un entrenamiento y dándose más tiempo de descaso para no forzar la zona, y con reflexión con el equipo para valorar si las opciones de medalla podía pasar casi únicamente por el dobles y era mejor no exigirse en los dos cuadros. Pero es Nadal, y en París, por lo que no entran excusas de cansancio. Al contrario, al balear se le multiplican las revoluciones cuando pisa esta pista. Y así se lo hace saber a Fucsovics, 32 años y 83 del mundo, que no encuentra agujero por donde meterse para desaparecer en un primer set en el que estuvo superado por todos los sitios. Se entonó no obstante tras el paso por el banquillo, tiempo para que esta grada atípica de la Philippe Chatrier, se divirtiera con el karaoke y se entregara al 'Sweet Caroline'. El húngaro presionó más, enredó más, se equivocó menos, y a Nadal le costó hacer suyo el saque, que perdió en dos ocasiones y hubo entonces que apelar al Nadal de París. Ese que tantas veces ha sacado de donde no hay o donde nadie ve que hay salvo él. Recuperó en break y hasta soñó con el segundo, en una repetición de esos cientos de partidos en los que el rival es firme con 4-2, pero al que le empieza a temblar la mano cuando ve acercarse al español con 5-4. Sin embargo, dos errores de Nadal sentenciaron el set y el partido a una tercera manga, encantado el público porque se lo estaba pasando en grande con la adrenalina nadaliana y los bailes en los intermedios. Para redondear la jornada, Nadal centró la mirada, enfocó la derecha y consiguió una rotura en el sexto juego. Le bastó para sellar la victoria, a la tercera bola de partido, y aceptar el guante que le había lanzado Novak Djokovic en la primera jornada. Habrá otro Nadal-Djokovic en la historia del tenis. Después de los 40 Nadal-Federer y los 50 Federer-Djokovic, llega el capítulo 60 (30 para el serbio, 29 para el español). Uno más que especial porque será en unos Juegos Olímpicos, en la misma pista en la que se vieron por última vez, en aquellos cuartos de final de Roland Garros 2022 que se llevó Nadal, como si fuera en otra época. Aceptaba el serbio que le apetecía el encuentro, que definía como el último baile entre ambos. Y acepta Nadal el reto, exigente donde los haya con un cuerpo que acusa el cansancio de la doble carga de los dos cuadros, pero que se motiva ante las adversidades. Sobre todo vestido de rojo, en París y con el sueño de una medalla olímpica para España. En la comprimida jornada del domingo, se despidieron en primer ronda Sara Sorribes, ante Barbora Krejcikova (4-6, 6-0 y 7-6 (2)) y Pedro Martínez, ante Andrea Vavassori (6-4, 4-6 y 6-4).