Agosto se acerca y el mes de las vacaciones por excelencia viene para mucho cargado de expectativas que se mueven libremente en el amplio abanico que va del «quiero hacer todo» al «no quiero hacer nada». Tal vez lo único certero sea entender que, una vez lejos de la rutina laboral, el estrés lo ideal sería aprender a encontrarnos con nosotros mismos y amortiguar el golpe de esos pensamientos rumiantes que tampoco desaparecen durante las vacaciones. y los pensamientos rumiantes siguen estando presentes porque también en vacaciones surgen problemas. Las tres meditaciones de Belén Colomina que compartimos a continuación pueden contribuir a encontrar el camino de la calma, la relajación, el autocuidado, el contacto con la naturaleza y la reconexión con nuestros seres queridos. Ya sabemos que caminar tiene muchos beneficios para la salud física y mental pero, si a este ejercicio le añadimos un entorno natural, podemos multiplicarlos y, además, añadirle una mayor sensación de satisfacción y bienestar. La naturaleza favorece la regulación de nuestros ritmos, retornar al equilibrio natural. La naturaleza nos oxigena, nos nutre de energía y nos ayuda a disminuir nuestro nivel de estrés. Caminar en contacto con ella, con sus sonidos, sus colores, sus olores, nos aterriza a un presente vital, lleno de fuerza y plenitud. Nos ayuda a retornar a nuestra regulación de los ciclos naturales y combatir nuestra fatiga mental. En esta meditación guiada te invito a entrenar de forma activa. Esta semana, te acompaño a dar un paseo consciente por la naturaleza. Tanto si es en un parque cercano, la montaña o la playa, te invito a redescubrir este lugar de forma nueva y curiosa. ¿Cuántos hábitos ya no son funcionales ni deseados para esta etapa en tu vida? ¿Cuántas situaciones inconclusas sigues rumiando en tu cabeza, dejando que la tensión de estas permanezca en tu cuerpo? ¿Cuántas relaciones que ya no te satisfacen mantienes sin darte cuenta de que ya no te aportan nada? Identificar todo aquello que te carga, que te pesa y que no tiene la funcionalidad deseada para tu presente, es tan importante como aprender a soltarlo. Y en la meditación guiada de esta semana entrenamos, desde la calma mental, el poder soltar lastre. Sentir que podemos discernir lo que nos pesa, lo que realmente nos daña para poder soltarlo, expulsar la tensión acumulada y reparar nuestro cuerpo para dejar espacio en nuestra mente. Porque para transformar, cambiar y ajustar nuestro presente, también necesitamos aprender a soltar. En las vacaciones deseamos pasar más tiempo con la pareja, con amigos, compañeros, con gente con la que nos gusta compartir. Necesitamos tiempo de disfrute, sentirnos escuchados y a la vez, escuchar y atender todo aquello que la vorágine del día a día no nos permite hacer con el cuidado que requiere. Está bien permitirnos disfrutar de los momentos compartidos y además, recordarnos la importancia que tiene el cuidado mutuo. Nuestras relaciones y vínculos son imprescindibles para nuestro bienestar y sin embargo, no les dedicamos el tiempo y la dedicación que muchas veces necesitan. Generar vínculos seguros, de confianza y seguridad nos reporta un amplio abanico de beneficios, y aprender a cuidarlos es uno de los objetivos de la meditación.
