Tiene 24 años, 57 victorias y forma parte de esta generación que llegó al ciclismo para romper todos los registros de voracidad posibles. A falta de Tadej Pogacar , la gloria olímpica es para Remco Evenepoel , que no se cansa de crecer y de ganar. Después del salto de calidad que ofreció en el Tour al lograr la tercera plaza, en París viajó a más de 53 kilómetros por hora en un circuito de 32 kilómetros más complicado de lo esperado por la lluvia. El belga fue capaz de ganar el pulso que le plantearon Wout Van Aert, que va camino de quedarse con el título de eterno aspirante, y Filippo Ganna, de menos a más y que apretó al máximo en los últimos kilómetros para quedarse a 14 segundos del oro. Pero Evenepoel tiene tanta potencia en su interior que es capaz con su 1,71 de estatura de mantener a raya a un gigantón repleto de músculos como es el italiano. Ya lo hizo en el pasado campeonato mundial contra el crono y en París se ha vuelto a repetir la película. En un escenario tan bello como el Puente Alexander III, Evenepoel lanzaba el puño al encapotado cielo parisino para celebrar un nuevo éxito en su carrera . Ya es campeón olímpico, un título que Bélgica recupera tras el triunfo en línea de Greg Van Avermaet en 2016. La crono olímpica se había establecido como una final a tres, en la que además de Evenepoel intervenían Filippo Ganna y Joshua Tarling, dos potentes rodadores que habían preparado con mimo la cita, sin acudir al Tour en el que el belga se exprimió hasta el último día. Ahí estribaba la duda. ¿Ganaría la frescura o el estado de forma? Sobre las calles y los adoquines mojados de París, algo que no gustó nada a Evenepoel , triunfó la motivación que mueve en este último mes al belga, que se siente capaz con todo lo que le echen. Desde el podio de Niza volvió a subirse a la cabra en París para acoplarse de esa forma que le hace volar bajo en cada crono. Desde el inicio marcó la pauta y no dio pie a la sorpresa. Ni siquiera la de su compatriota Van Aert . En el tramo final emergió la figura de Ganna , pero era tarde. El oro tenía destino, el cuello de un Evenepoel que al igual que el pasado domingo en el Tour, volvió a llorar emocionado. Las lágrimas de un campeón que ahora buscará un doblete para la historia, En cuanto a Oier Lazkano , las cosas no fueron nada bien para el vitoriano. Un problema mecánico con el cambio sepultaron muy pronto sus opciones y tuvo que conformarse con las buenas sensaciones que sintió tras el esfuerzo del Tour y la esperanza de que en la prueba en línea las cosas vayan mejor. Fue 26º a 2,56 de Evenepoel.