Los plegables siguen planteando serias dudas en el mercado de los teléfonos móviles, y no sólo por su precio, también por su utilidad real con esa doble pantalla, y mucho más si hablamos del formato Fold. Aunque, está claro que los fabricantes siguen apostando por él, todos tienen su versión. Analizamos el Samsung Galaxy Z Fold 6 , la sexta generación del plegable más caro de la marca coreana que está disponible desde hace escasos días. En el exterior no vamos a notar mucho cambio en el diseño respecto a modelos anteriores, aunque se acerca más a las líneas del Galaxy S24 , con marcos y esquinas más rectas. La sensación es que es un terminal más 'serio' y 'profesional' que las otras versiones. Es más agradable en la mano que su predecesor, porque ha perdido 14 gramos de peso, y 1,3 milímetros de grosor, parece poco, pero se notan. El otro cambio es que la pantalla exterior, tan criticada en los modelos anteriores por su formato alargado, gana 3 milímetros de anchura, que lo sitúan algo más cerca que un teléfono móvil tradicional y cómodo de usar, quedándose en 6,3 pulgadas HD+. A la pregunta de si se puede usar el Galaxy Z Fold 6 sólo con la pantalla externa la respuesta es sí; todas las aplicaciones y la escritura se pueden ejecutar perfectamente desde ella, y más ahora con esos 3 milímetros extra. El Galaxy Z Fold 6 presenta un marco de aluminio Armor y cristal Gorilla Glass Victus 2, además de ser el primero de la serie en ofrecer resistencia al agua y polvo con una certificación IP48, algo que la competencia no ofrece. La bisagra ahora es doble para mayor durabilidad, asegurando más de 400.000 pliegues durante la vida útil del dispositivo, según Samsung, claro. En el interior, nos vamos a encontrar el aspecto más importante de este terminal: la enorme pantalla de 7.6 pulgadas AMOLED 2X 120hz y brillo de 2.600 nits. Es todo un placer abrir esa pantalla en el momento que necesitemos trabajar en modo multitarea o ver contenido multimedia. El móvil aspira a funcionar como el sustituto de un ordenador o una tableta cuando buscamos ultra portabilidad. Sí hay una pequeña doblez en el medio, pero desaparece en cuanto te sumerges en tu contenido. El procesador que monta es de la alta gama de Qualcomm, la última generación de Snapdragon 8 Gen 3 para Galaxy, que proporciona un aumento del rendimiento del 18% en la CPU, 19% en la GPU y 42% en la NPU en comparación con su predecesor. Viene con 12GB de RAM y opciones de almacenamiento de 256GB, 512GB y 1TB. El Z Fold 6 no es el móvil más rápido, de hecho si lo situamos en el ranking de rendimiento de Antutu ocupa la posición 32, cerca del Galaxy S24 Ultra, que está en la 30. No hay que equivocarse, el móvil sigue siendo todo una bestia que puede ejecutar el juego y la aplicación más exigente, pero hay móviles más rápidos por menos precio en el mercado. La batería es de 4.400 mAh, y aunque tiene la misma capacidad que la del Z Fold 5 , debería ofrecer una mayor duración gracias a la eficiencia del nuevo procesador. Depende del uso que le demos, pero estamos hablando de un día entero de uso: entorno a las 12 horas de video, 7 u 8 navegando, y menos si ejecutamos un juego. La carga rápida es sólo de 25 W, que queda un poco por detrás de muchos móviles de alta gama. Las cámaras siguen inalteradas desde el Z Fold 4; es decir, tenemos el mismo conjunto de cámara principal de 50 megapíxeles, gran angular de 12 megapíxeles y un teleobjetivo de tres aumentos de 10 megapíxeles. Toda la mejora proviene del procesamiento de imagen de la NPU de Qualcomm, un 45% más potente. Y sí, la mejora es considerable, el ajuste de escena y el de color, el HDR, han mejorado gracias al ProVisual Engine y la inteligencia artificial, que vuela en el nuevo procesador de Qualcomm. Aunque te hace plantearte cómo unas cámaras del 2022 siguen mejorando, y dónde está el sobrecoste del este teléfono. La cámara frontal de la pantalla exterior es de 10 MP, mientras que la cámara debajo de la pantalla principal es de 4 MP, igual que en el modelo anterior. Nada espectacular, pero te salva si necesitas hacer una videoconferencia. Samsung es de los pocos que sigue incluyendo la posibilidad nativa de usar un lápiz, en este caso el S Pen. Perfecto para la gran pantalla del Galaxy Z Fold 6. El modo multitarea también ha mejorado, ahora con la pantalla desplegada se pueden abrir hasta cuatro aplicaciones al mismo tiempo. No es que sea muy funcional, pero puedes revisar el correo y ver el calendario con la pantalla dividida en dos. Eso sí, a partir de la tercera pantalla no es tan útil, porque el espacio queda muy reducido. Aunque hará las delicias de los amantes de tener varias ventanas abiertas al mismo tiempo. La inteligencia artificial, que es la razón para comprar este terminal, además de mejorar la fotografía, tiene elementos que ya vimos a principios de año en otros terminales de la marca. El Z Fold6 integra a la perfección la aplicación de Gemini de Google, y se adapta a la pantalla plegable, y funcionalidades como el 'circle to search', la traducción en modo flex, que permite traducción en tiempo real con un interlocutor, cada uno usando una pantalla del Fold 6. Además, la transcripción y la edición de imágenes también han mejorado con Photo Assist, que incluye estudio de retratos y cámara lenta instantánea gracias a la IA. Algo que muchos obvian, pero que es uno de nuestros aspectos favoritos del Fold 6, es el modo DEX, mediante el cual, conectando una pantalla exterior mediante el USB-C, un teclado y un ratón, tenemos un modo escritorio que funciona perfectamente bien. Si eres de los que les gusta viajar ligero tienes casi un ordenador de sobremesa si consigues una pantalla y un teclado. En general tenemos una sensación encontrada con el Galaxy Z Fold 6, se trata de un gran teléfono de alta gama, también uno de los teléfonos más caros del mercado, con precio que supera en todas sus configuraciones los 2.000 euros. El móvil no ha cambiado mucho respecto al modelo anterior y las funcionalidades de IA, aunque más limitadas, están también en la otra generación. En definitiva, es un teléfono casi de 10, pero que no ha sufrido ningún cambio radical en el último año.
