Hurgando en sus recuerdos estivales, el filósofo Mario Satz da con «un verano austral, argentino, cuando tenía 8 o 9 años», a mediados de los 50 del pasado siglo. « Yo soy de un pueblo de La Pampa húmeda -relata- y venían de visita unos amigos del pueblo y amigos de mi padre», que se habían organizado para ver, en pocos días, las acrobacias de baloncesto de los Harlem Globetrotters y «esos patinadores tan maravillosos» de Holiday on ice. Entonces ambas franquicias eran muy jóvenes, y generaban una expectación enorme por donde pasaban. Todo sonaba a un estupendísimo planazo con amigos, pero de repente el pequeño Mario empezó a sentir picores: «Me pillé una urticaria gigante, básicamente en las partes...
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