Galicia esconde un atractivo turístico innegable. Cada año miles de personas visitan las cuatro provincias en busca de sus múltiples encantos: playas de ensueño, miradores en las rías, pazos y monumentos megalíticos o ciudades con cascos históricos dignos de una parada suelen llamar la atención de los visitantes, contando además con una rica gastronomía y una ritmo de vida sanamente envidiable. La región de Pontevedra , una de sus provincias, es una de las que más turistas reciben y culpa de ello la tiene, seguro, la zona de las Rías Baixas o su parque Nacional de las Islas Atlánticas. No menos interesante para los visitantes es su Ruta del Románico o su estancia en localidades especiales como Marín, Vilaboa, Poio, Cambados o la Illa de Arosa . A nivel de ciudades destacan, sin duda, Pontevedra , la capital, que tiene un precioso casco histórico. También suelen ser obligadas las paradas as Sanjenjo y Combarro , aunque lo que no todo el mundo sabe es que estos populares municipios no son los más bonitos de la región según muchos expertos. El pueblo con más encanto, para muchos, es otro. Y es que entre varios sectores se considera que Baiona es el pueblo más bonito de Pontevedra. Esta villa marinera, situada al borde del Atlántico, muy próximo a la zona metropolitana de Vigo, tiene un gran encanto por su belleza natural pero también por el importante peso que llegó a tener y por su pasado histórico. El municipio, ubicado junto al cabo Silleiro, concentró buena parte de la economía de la zona por su zona estratégica durante centurias y se convirtió en un puerto comercial, pesquero y militar de primer orden. Todo ello hasta que a finales del siglo XIX la ciudad de Vigo dio un salto y se quedó con el peso económico de la zona. En todo caso, su pasado esplendoroso es evidente a simple vista con un paseo por su casco antiguo, que destaca por estar llena de callejuelas empedradas y edificios de un alto valor arquitectónico. Su bahía se abre junto a la desembocadura del río Miñor y vivió en 1493 una llegada única: la de La Pinta , una de las tres carabelas que usó Cristóbal Colón en su primer viaje al 'nuevo mundo'. Los ciudadanos y autoridades de Baiona se convirtieron en lso primeros en conocer de la existencia de América. En esa época ya debía ser imponente la fortaleza de Monterreal, con su famosa torre del Príncipe y unos 3 kilómetros de murallas. El municipio tiene otros puntos de interés, como su colegiata de Santa María (del siglo XIII), sus playas urbanas de Barbeira, Ribeira y Cuncheira o la réplica de La Pinta que está amarrada en el Puerto y a la que se puede subir para conocer desde dentro cómo era la embarcación con la que Colón descubrió el nuevo mundo.