Los paralelismos entre el caso Begoña Gómez y la ya exdirectora del Instituto de la mujer , Isabel García, están haciendo que el PSOE se muestre cauto a la hora de utilizar la palabra corrupción. La ministra de Igualdad, Ana Redondo , ha desvinculado el cese de la que era hasta hoy directora del Instituto de las Mujeres días después de que se hiciese pública que la empresa que comparte con su mujer recibió al menos 64 contratos de puntos violeta con ayuntamientos del PSOE, y ha defendido que « había que dar un nuevo impulso« al centro, enmarcando esta actuación dentro de la «normalidad». Sin embargo, el mencionado «nuevo impulso» llegaría tras los escasos siete meses que García ha estado en el cargo. «Después de hablar tomamos la decisión. Yo creo que había que dar un nuevo impulso al Instituto de las Mujeres, y era el momento también de dar ese impulso , y se sustituye a Isabel por una mujer que también tiene un largo recorrido en feminismo, una trayectoria impecable y que va a dar un nuevo impulso«, ha dicho la ministra en una entrevista en Cadena Ser, recogida por Europa Press, en referencia a Cristina Hernández , cuyo nombramiento se aprobó ayer en el Consejo de Ministros. Hernández, como ya dijo ayer este diario, es asesora en el gabinete del ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños . Así, ha defendido que el cese de García se enmarca «dentro de la normalidad» y ha señalado que es una «decisión acertada» y que será García quien dé sus explicaciones y se defienda. «Ella también quiere dar sus explicaciones, se va a querellar por esas informaciones y quiere defenderse y yo creo que lo puede hacer muchísimo mejor fuera de la Administración y fuera del Instituto«, ha sostenido Redondo, insistiendo en que el cese se ha producido »por una serie de cuestiones« y que en este momento »lo importante es dar un nuevo impulso al Instituto«.
