Para tener unas vacaciones perfectas a la hora de hacer la maleta, además de meter el bañador o las botas de montaña, según el destino elegido, hay que pensar en dejar un pequeño espacio para llevar un botiquín, que será de gran utilidad y alivio en los casos en los que se sufra un pequeño incidente, sobre todo si se viaja en familia y con niños. Según Rosa Merlos , doctora del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre , es imprescindible no olvidar la medicación que se toma habitualmente, «pero también es importante incorporar los siguiente para mayor tranquilidad de todos». Se refiere a: - Termómetro. - Material para curar pequeñas lesiones como cortes y heridas: suero, antiséptico (agua oxigenada o clorhexidina), tiritas, esparadrapo, gasas, tijeras, pinzas y guantes desechables. - Protector solar factor 50+ para toda la familia. En los niños menores de 3 años conviene utilizar los que tienen filtros físicos o minerales. - Repelente de insectos. Debe ser adecuado a la edad. - Pomada para quemaduras. - Productos para las picaduras: corticoides tópicos (para aliviar el picor) y antibiótico tópico (para tratar picaduras sobreinfectadas). - Antitérmicos, analgésicos y antiinflamatorios: paracetamol e ibuprofeno. - Antiácido: para evitar las digestiones pesadas. - Sobres de suero oral y probiótico, para las diarreas. - Antihistamínico: para las alergias. Insiste esta doctora en que si alguien en la familia padece alguna enfermedad que requiera medicación habitual, «deberíamos llevar la cantidad suficiente para todos los días que estemos de viaje (podría resultarnos difícil conseguirla en nuestro destino) y, además, incluir los informes médicos o recetas que estén relacionadas con la medicación que tomamos. En el caso de medicamentos especiales como los opiáceos, es recomendable llevarlos en su embalaje original para evitar problemas en controles de seguridad», concluye.