Sin fisuras, pero también sin debate. Ese es el camino que ha tomado el Partido Demócrata en su respaldo vertiginoso a Kamala Harris como candidata a la presidencia de EE.UU. El desmoronamiento de la candidatura de Joe Biden durante el último mes, cerrada con el anuncio de la renuncia a la reelección del presidente el pasado domingo, colocaba a los demócratas en una situación crítica. En la orilla contraria, Donald Trump salía reforzado y relanzado hacia la victoria tras una convención republicana triunfal, cimentado como dueño y señor de un partido unificado alrededor de su figura y en un ambiente de optimismo, casi de euforia. La respuesta demócrata al abandono de Biden ha sido una operación para convertir a la...
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