El número de empresas que se suman a la creciente tendencia de electrificación de sus flotas de vehículos es cada vez mayor. De hecho, según datos recogidos por Alphabet en su último Estudio Europeo de Seguimiento de Emisiones de Flotas (EFEM), «el 43% de las empresas ya ha implantado medidas de sostenibilidad en sus flotas y se espera que el 54% de las mismas sean totalmente eléctricas en el futuro». Estas cifras indican que todavía existe aproximadamente un 50% de empresas que no apuestan por estas alternativas más sostenibles. Entre los principales problemas que se han de resolver para disponer de una flota 100% eléctrica, se encuentra la necesidad de que los empleados cuenten con cargadores para sus vehículos, no solo en sus centros de trabajo o en la vía pública, sino también en sus propios domicilios. Según explican desde ChargeGuru, con la instalación de estos cargadores, ya sea en el lugar de trabajo, vía pública o en los domicilios de los empleados, se ofrece un software de gestión para proporcionar una monitorización continua de las actividades de sus dispositivos, desde los que se pueden realizar todo tipo de gestiones, así como tener una visión completa del uso que los empleados realizan de los cargadores. «Facilitamos la vida a los gestores de flotas. Con los vehículos de combustión, las empresas solían tener acuerdos con estaciones de servicio específicas; ahora con los vehículos eléctricos, la empresa no tiene más que indicarle a sus empleados una aplicación para que se la descarguen y proporcionar a cada uno de ellos una tarjeta RFID para utilizarla en cualquier cargador habilitado por la compañía, ya sea en la oficina o en el propio domicilio, así como en vía pública», comenta Fran Cortegoso, director comercial de ChargeGuru Iberia. Para las empresas que proporcionan coches corporativos a sus empleados y suelen utilizarlos para llevar a cabo un gran número de desplazamientos, puede resultar más rentable adquirir vehículos eléctricos , ya que el precio de la electricidad por kilovatio hora sigue siendo inferior al del combustible, y los costes de mantenimiento también son mucho más reducidos en los vehículos eléctricos. La instalación de puntos de recarga permite que las empresas apuesten por una movilidad más ecológica. De este modo, las empresas pueden demostrar su implicación en la transición energética y animar a sus empleados o clientes a adoptar vehículos eléctricos. Es también una forma de responder a los nuevos retos contra la contaminación planteados a escala europea. Los usuarios de vehículos eléctricos o híbridos enchufables encontrarán muy práctico y positivo acudir a una empresa que disponga de cargadores. Sobre todo si se instala un punto de carga rápida, que permitirá tanto a clientes como a empleados recargar sus baterías mientras hacen la compra, mientras acuden a una reunión o durante una cita, por ejemplo. Al instalar una estación de recarga , las empresas pueden obtener nuevos ingresos al cobrar por recargar los vehículos eléctricos. De este modo, es posible tarificar por kWh, por tiempo de recarga o mediante una tarifa plana con un precio que depende especialmente de la potencia del punto de recarga. Además de generar ingresos para la empresa, es una forma de evitar que los vehículos utilicen estos puntos de recarga durante un tiempo excesivamente largo sin coste alguno.