El panorama es desolador para quien aspira a comprarse una vivienda en alguna de las ciudades del Eje Atlántico. Porque, a excepción de Ferrol, adquirir casa en estas urbes es casi un arcano para un ciudadano medio . Lo revela un estudio realizado por un portal especializado, Sin Comisiones, que esta semana lanzó un índice en el que pone nombres y cifras al problema. El informe radiografía el «efecto expulsión» que se está produciendo en muchas ciudades españolas y que no le es ajeno a la realidad gallega. A modo de resumen, los autores del estudio aseguran que analizando el perfil del comprador, su capacidad adquisitiva, su sueldo, su nivel de ahorros y los precios de venta , convertirse en dueño solo es viable en Orense, Lugo o Ferrol. «La probabilidad de que un ciudadano gallego, con el salario medio frecuente, pueda comprarse un piso de 80 metros cuadrados en alguna de las grandes ciudades de la Comunidad solo es medianamente factible en estas tres urbes», aseguran. En estos tres casos, «la probabilidad real de compra oscila en el entorno del 90 al 100%«. La fotografía nada tiene que ver, sin embargo, con la que muestran el resto de ciudades gallegas, donde los alquileres llevan años escalando hasta situarse en una media de casi 700 euros al mes. En estos casos, pensar en adquirir una vivienda en solitario es una idea, aseguran los autores del informe, abocada al fracaso. «La Coruña, Santiago, Vigo y Pontevedra, quedan totalmente fuera del alcance a la compra de una vivienda de tipología modesta para un ciudadano de renta media» , recalca el estudio, que determina que en algunos de estos casos la probabilidad de compra se queda a mitad de camino (valores del 57% al 62%), muy lejos de su potencial realización.Para llegar a estas conclusiones, los autores no solo analizan los precios urbanos de mercado y los sueldos en las mismas poblaciones, sino las condiciones a las que se enfrenta cualquier potencial comprador, de sobra conocidas para quienes tratan de dar el salto del alquiler a la compra. « A la dificultad de compra de una vivienda por parte de una persona soltera o 'single' -explican- se le añade una barrera muy costosa, ya que este comprador en ciernes debería disponer previamente de un 30% del coste del piso que quiere comprar para poder obtener la hipoteca del banco. Un requisito no menor, que elimina a decenas de miles de ciudadanos de la ecuación, y que solo pueden salvar quienes tienen este dinero ahorrado o quienes dispongan de ayudas familiares, a menudo los padres. Esta sombría realidad empata con las proyecciones demográficas del INE , que avanzan que el número de hogares unipersonales en España «va a tener un crecimiento muy fuerte en los próximos quince años», hasta situarse en un 33,5 % del total en 2040, desbancando a los hogares de dos o más personas. En este escenario, son un elevado porcentaje los gallegos que residen en zonas urbanas y a los que convertirse en propietario -sobre todo si provienen de un exigente mercado del alquiler- se les pone cada vez más cuesta arriba. Pero al margen de aquellos que deben enfrentar todos los gastos de hacerse con una vivienda en solitario, el estudio entra también a radiografiar cuánto más fácil lo tienen los que viven en pareja . Y las conclusiones no son para echar las campanas al vuelo. «El hecho de comprar una vivienda en pareja, con la disposición de dos nóminas -explican-, acerca muchísimo más la posibilidad de adquirir un piso de 80 metros cuadrados, en cuanto a disponer de una hipoteca». Sin embargo, hay una ciudad gallega que aún así se sigue resistiendo. Es la que los redactores del Índice Sin Comisiones llaman «la ciudad imposible». O lo que es lo mismo, La Coruña. El elevado rango de precios en la urbe herculina -con la mayor demanda sobre la oferta disponible de toda Galicia y con los alquileres más caros- dibujan esta ciudad costera como un punto rojo en el mapa. Las dificultades para adquirir una vivienda base de dos habitaciones, aún con dos sueldos, son «muy perentorias para una pareja, ya que su ratio de probabilidad de compra se sitúa en un insuficiente 62%» . En todas las demás grandes ciudades gallegas, advierte este estudio pormenorizado, la posibilidad de obtener una hipoteca bancaria en relación a los ingresos de dos nóminas es adecuada, desde un ratio del 101% para Santiago, hasta un 117% para Ferrol, la más accesible de las urbes analizadas. Con todo, señala el informe , «hay que recordar que estamos hablando de una vivienda sencilla de 80 metros cuadrados» . «Cualquier aspiración a una vivienda superior -reconocen para desesperanza de los interesados - empeoraría notablemente esta accesibilidad en las principales ciudades gallegas. Las cuentas, inciden, están echadas y son claras . «Para el caso de un ciudadano o una pareja, con una sola nómina, la dificultad de conseguir este ahorro previo se presupone prácticamente insalvable, ya que, excepto en el caso de Ferrol, en todas las demás seis grandes ciudades habría que estar ahorrando entre 11 y 24 años, solo para obtener los ahorros iniciales». Si se dispone de dos nóminas, el tiempo de ahorros en espera es evidentemente mucho más asequible, pero igual de alarmante. El abanico de posibilidades va del caso de Ferrol, con dos años y medio, hasta la ciudad más cara, La Coruña, con la necesidad de ahorrar religiosamente durante 7 años. Un esfuerzo nunca visto por las generaciones previas.