Lo de andar poniendo y quitando lápidas me parece oficio más de sepultureros que de concejales . Tal manía apesta siempre a revancha, a cainismo, a garrotazos entre la izquierda y la derecha, una y otra nutridas de mentecatos. Hace ya un par de meses, el municipio madrileño de Alpedrete -que fue país de canteiros, oficio con germanía propia, anotada por Feliciano Trigo, cura y sabio- salió en los papeles por aquel intento de desalojar del nomenclátor local a Asunción Balaguer y a Paco Rabal. L os gobernantes municipales, cuando se dejan llevar del fanatismo o de la ignorancia suelen hacer muchas tonterías . De gobernantes necios sabemos mucho por esta esquina del noroeste. Y de callejeros disparatados, ya ni...
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