La polémica está sobre la mesa en el municipio malagueño de Benamargosa . La decisión del sacerdote de esta pequeña localidad de la Axarquía de negarse a oficiar los sacramentos del bautismo y la primera comunión a varios niños ha puesto a los padres en pie de guerra. El conflicto estalló cuando varias familias denunciaron que el párroco se negaba a dar estos sacramentos a sus hijos, argumentando la falta de asistencia a misa y que los menores no estaban siendo educados en la fe cristiana. Desde hace casi dos años , el cura en cuestión está a cargo de las iglesias de Benamargosa, Comares y las pedanías de Salto del Negro y Triana. Según los afectados, el sacerdote se ha negado a bautizar y dar la comunión a varios niños de la localidad, lo que ha llevado a las familias a manifestarse estos días frente a la iglesia de la Encarnación de Benamargosa. Además, han recogido firmas y enviado quejas tanto al Obispado de Málaga como al Vaticano, en busca de una solución. Una de las madres afectadas ha denunciado que lleva «casi un año» intentando bautizar a su hija, pero el párroco le ha negado el sacramento alegando que no asisten regularmente a las misas dominicales . Aunque la Diócesis de Málaga intervino y dio permiso para el bautismo, el sacerdote volvió a negar el sacramento, argumentando que los padres no educarían a la niña en la fe cristiana. Situación que ha generado un profundo malestar, ya que algunos vecinos consideran que el cura está alejando a las familias de la iglesia en lugar de acercarlas. Otro vecino, que decidió bautizar a su hijo en otra parroquia, explicó que el párroco lo citó en su casa y le negó el bautismo porque no lo consideraba un buen católico también por sus ausencias en misa. Y dentro de esta misma familia, el párroco ha negado la futura comunión de uno de sus sobrinos cuestionando su fe. El Obispado de Málaga ha emitido un comunicado respaldando al párroco y señalando que ha seguido las normativas de la Iglesia. Según el escrito, el sacerdote no ha denegado los sacramentos, sino que ha decidido diferirlos hasta que haya una «esperanza fundada» de que los niños serán educados en la fe católica. La Diócesis afirma que el párroco mantiene una relación fluida y cercana con las familias y que, en el momento en que se cumplan las condiciones establecidas por el Código de Derecho Canónico , los niños podrán recibir los sacramentos. La situación ha generado un profundo debate en Benamargosa, donde muchos vecinos defienden su derecho a recibir los sacramentos en su iglesia y mantener la tradición. El conflicto sigue latente y los afectados esperan que sus quejas sean atendidas y que se llegue a una solución, que el cura cambie de postura y que permita a sus hijos celebrar el bautismo y la primera comunión en su parroquia sin tener que recurrir a otras iglesias.