La Fiscalía Provincial de Valencia investiga a la exconsellera de Justicia e Interior de la Generalitat Elisa Núñez por sus declaraciones sobre el crimen de Gata de Gorgos en las que se acusó a la izquierda «de poner en peligro nuestro pueblo con su ceguera ideológica». «A nadie se le escapa que se trata de un nuevo y cruento recordatorio de que nuestra seguridad y nuestras vidas están siendo sacrificadas en nombre de los caprichos multiculturales de la izquierda », aseveró en un comunicado remitido a los medios a finales de junio. El Ministerio Público ha abierto diligencias de investigación penal contra Núñez por un posible delito de odio tras una denuncia del PSPV, que calificó sus manifestaciones de «antidemocráticas y xenófobas» , pues se refirió a la detención de tres hombres de origen marroquí por el asesinato a golpes de un vecino del municipio alicantino. Se da la circunstancia de que, después de la salida de Vox del Gobierno autonómico, la exconsellera ha comunicado este semana que abandona la formación en una dura carta dirigida a su líder, Santiago Abascal. En esa misiva se posiciona en contra de romper con el PP y de la «deriva radical» del partido «en las políticas contra la inmigración irregular y en materia de violencia contra la mujer». Ella misma ha protagonizado distintas polémicas sobre estos asuntos de su competencia como responsable de Justicia e Interior. La última de ellas, a cuenta de los cambios en cursos para policías sobre violencia de género . «Desde noviembre, hemos enviado varias cartas al ministro del Interior en las que hemos expresado nuestras preocupaciones y nuestra voluntad de colaborar para encontrar soluciones urgentes a problemas tan graves como el acontecido en este municipio de Alicante. Sin embargo, estas peticiones han sido ignoradas, a pesar de nuestras advertencias sobre las indudables consecuencias», advirtió Núñez en su escrito tras el crimen de Gata. «Nosotros acusamos a la izquierda de poner en peligro a nuestro pueblo con su ceguera ideológica. Y nos preguntamos, ¿hasta cuándo tendremos los españoles que pagar su absurdo buenismo con nuestra seguridad, nuestra libertad y, en demasiados casos, nuestras vidas?», se preguntó la exconsellera, que señaló a «quienes, desde sus cómodos despachos, promueven esta situación, sin control, sin responsabilidad, ignorando cómo afecta a la convivencia en nuestros pueblos e insultando a quien, como nosotros, se atreve a denunciarla».
