La procesión magna del 8 de diciembre que organiza el Arzobispado se ha topado con un grave inconveniente: el recorrido previsto por el Paseo Colón, donde se iban a instalar unas 30.000 sillas -que entre otras cuestiones son necesarias para poder financiar el evento- fue ayer desautorizado por el Ayuntamiento al considerar que el espacio carece de las garantías de seguridad necesarias. Detrás de todo subyace la falta de entendimiento entre las dos instituciones organizadoras -la Archidiócesis, y el Consejo de Cofradías por delegación- y el Consistorio, a la hora de gestionar la ingente cantidad de salidas extraordinarias y, sobre todo, un evento de la magnitud de la procesión de clausura por el Congreso de Hermandades. El Ayuntamiento considera que...
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