A sus 94 años, la vida de Alfonso se ha convertido un auténtico calvario. Este anciano alicantino perdió a su hijo tras una larga enfermedad. Durante sus últimos años, le cedió su casa mientras vivía con otra de sus hijas para recibir los cuidados diarios que requería a su edad. Después de la trágica noticia, trató de volver a su piso de toda la vida pero se encontró con un escollo: la mujer que cuidaba al difunto y que ahora okupa la vivienda aludiendo que tiene un contrato de alquiler en vigor. Según ha desvelado Cristina, hija de Alfonso, en el programa Espejo Público , la inquiokupa « ni quiere abandonar la casa ni paga el alquiler ». Denuncia en televisión que no pueden echar a la mujer -amiga y cuidadora de su hermano-, porque esta se presentó en el juzgado con un contrato de alquiler firmado por el difunto y sobre el que la jueza determinó que podía volver a la vivienda con todo derecho. «Mi padre ya tiene bastante con la muerte de mi hermano como para quedarse ahora sin casa», clama la afectada, quien ha revelado que su pariente, soltero y sin hijos, terminó denunciando y pidiendo una orden de alejamiento sobre la mujer por malos tratos. Según ha relatado, su padre paga actualmente todos los gastos relacionados con los suministros, tanto luz como agua y no recibe ningún tipo de prestación ni mensualidad por el alquiler. «Tiene 94 años y cuando nos la vayan a dar ya habrá fallecido», augura Cristina, cuya familia no comprende la decisión de la Justicia de dejar entrar a la implicada e impedir que recogieran pertenencias personales en el piso. «No entendemos por qué tiene que perder la casa de esta manera», critica la afectada mientras su padre vive con ella « desubicado y destrozado », porque «quiere volver a su casa de toda la vida». En cuanto al presunto contrato de alquiler, que firmó su hermano en 2016, desconfía de su veracidad, pues aquel año sus padres aún vivían allí. La inquiokupa reside en la vivienda, ubicada en la ciudad de Alicante, junto a su actual pareja y una hija menor. Según ha contado, era amiga de su hermano y «cuando se puso malo regresó para cuidarle, aunque lo que quería realmente era echarlo de allí». « Quería la casa de mi hermano , no tengo duda», sentencia.
