La Guardia Civil ha detenido a tres rusos, un búlgaro y un rumano por secuestrar a dos personas en Majadahonda. Los arrestados tienen entre 29 y 48 años y carecían de antecedentes en España, precisan fuentes policiales. Eso sí, pretendían salir del país tras culminar su objetivo. Están acusados de detención ilegal, robo con violencia, falsedad documental, lesiones graves y pertenencia a grupo criminal. Ya han pasado a disposición judicial. «Los secuestrados pudieran tener recursos en criptomonedas y fueron secuestrados para intentar a través de este mecanismo después extorsionarles y robarles ese material. Pero ahora ya es el juzgado quien tiene que corroborar si esto es así y en ese caso sentenciar lo que corresponde», explicó ayer al respecto del caso de Majadahonda el delegado del Gobierno, Francisco Martín Aguirre. Felicitó a la Guardia Civil porque, «una vez más, ha conseguido evitar el que este secuestro se consiguiera materializar poniendo en libertad a estas dos personas». El pasado martes, fruto de la colaboración entre la Guardia Civil y las empresas de seguridad privada, se inició una investigación tras tener conocimiento de una serie de actitudes sospechosas por parte de unas personas en Equinoccio, un popular centro comercial de Majadahonda. Una de ellas portaba una posible arma de fuego e iba vestida con una camiseta de la Policía Nacional y, además, les vieron cambiando las matrículas de una furgoneta. Por parte de los agentes se establecieron dispositivos para intentar localizarlas, pues había bastantes indicios para creer que estaban organizando algo ilegal. Al día siguiente, el miércoles, los guardias civiles que los vigilaban vieron a unos varones con las mismas características de los anteriores y con una extraña actitud. Y observaron cómo retenían a dos personas utilizando una violencia extrema, hasta el punto de que les dieron numerosos golpes, las obligaron a subir a una furgoneta y emprendieron la huida por Majadahonda. Todo, en pleno parking del centro comercial, a plena luz del día y ante la mirada de numerosos testigos. Los captores iban disfrazados con uniformes de la Policía Local, como puede apreciarse en los vídeos grabados por las cámaras de vigilancia del recinto de compras. Es más, uno de los delincuentes regresa al Audi donde se iban a marchar las víctimas en el momento de ser apresadas y recoge algunas cosas que se habían quedo esparcidas por el suelo. La Guardia Civil interceptó la furgoneta, una Mercedes de color negro, el vehículo y logró detener a los cinco sospechosos en una vivienda cercana. Se les intervinieron dos armas simuladas, radiotransmisores, ropa táctica y gorras del Cuerpo policial, cinturones con fundas para pistola simulada, bridas, cinta americana y guantes. Además, en el vehículo de las víctimas se encontró un GPS mediante el cual tenían ubicadas a esas personas. Sobre las causas del secuestro , poco ha trascendido, pero este tipo de delitos en Madrid no es común.
