Dice Juan Carlos Ferrero que lo que está haciendo su pupilo es extraordinario, fuera de este mundo. Y tiene buena parte de razón. Carlos Alcaraz va construyendo una historia magnífica que lo incluye entre los más grandes de este deporte, y con solo 21 años. Con su triunfo en Wimbledon, estupenda lección maestra contra Novak Djokovic, que vuelve a quedarse tan cerca y tan lejos del Grand Slam 25, el español se convierte en el noveno jugador (masculino) en encadenar dos títulos consecutivos en la Catedral. Palabras mayores porque se une a este exclusivo club integrado por Rod Laver (1968-69), John Newcombe (1970-71), Bjorn Borg (1976-77-78-79-80), John McEnroe (1984-85), Boris Becker (1995-96), Pete Sampras (1993-94-95; 1997-98-99-2000), Roger Federer (2003-04-05-06-07) y el propio Djokovic (2014-15; 2018-19-21-22). Esta gesta también lo sienta en otra mesa de alto 'standing', pues es el sexto jugador desde que el tenis es profesional (y el decimotercero de toda la historia) que consigue enlazar los grandes títulos de París y Londres en la misma temporada. Un objetivo mayúsculo por la dificultad que conlleva el rápido cambio de superficie y que Alcaraz ha alcanzado con matrícula de honor. En esta categoría le hacen un sitio Rod Laver (1962 y 1969), Bjorn Borg (1978, 1979 y 1980), Rafael Nadal (2008 y 2010), Roger Federer (2009) y Novak Djokovic (2021). (Antes de esa Era Open también lo lograron: Rene Lacoste (1925), Jack Crawford (1933), Fred Perry (1935), Don Budge (1938), Budge Patty (1950), Tony Trabert (1955) y Lew Hoad (1956). Por dar perspectiva al dato, basta decir que Nadal tenía 22 años cuando triunfó en ambas plazas; 28 cuando lo logró Federer, y 34 cuando tachó Djokovic ese objetivo de su lista. Con 21 años y 70 días completa además el póker de Grand Slams , a la estela de Boris Becker, Mats Wilander y Bjorn Borg, los únicos que pudieron levantar cuatro grandes con esa edad. Y con un pleno estupendo porque son cuatro en otras tantas finales. Un dato que solo lo había hecho antes Federer, que sumó sus primeros siete grandes títulos sin oposición. A Alcaraz tampoco se le observa quién puede impedir que acumule todos los que su ambición dibuje y su mano atrape.
