Una primera sonrisa, una caricia, una palabra. Tras el duro invierno del desprecio y la enmienda a la totalidad necesitamos un gesto amable para volver a la luz. Que una sorpresa alegre la jornada. Somos niños aún y nos gusta que los Reyes vengan cuando menos lo esperamos. También somos idiotas, de modo que no hará falta que os esforcéis demasiado. La sorpresa de un aperitivo, del tequila o las almejas que tanto nos agradan. La sorpresa de un amigo al que habéis invitado sin que nosotros lo sepamos y justo nos espera en aquel restaurante. Somos muy fáciles de complacer pero tened la bondad de recordar que ha de gustarnos a nosotros, aunque nos consideréis seres inferiores y un...
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